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El presidente ofrece el mismo plazo pactado por Bush para acabar con una guerra de casi seis años

Obama traiciona su promesa de sacar las tropas de Irak en 16 meses

Algunos de los 142.000 efectivos estadounidenses desplegados en Irak regresarán este año

Obama, de espaldas, durante un acto celebrado ayer en una base de marines de Carolina del Norte

Publicado por
Mercedes Gallego
León

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Actualizado:

nueva york

Era el candidato antibélico, el que se diera a conocer en el 2002 durante un acto contra la guerra de Irak, cuando eso se consideraba antipatriota. Ayer, Barack Obama expuso su plan para retirar las tropas, no en los 16 meses prometidos, ni en los 18 vendidos, sino hasta final de 2011. El mismo plazo pactado por George W. Bush para acabar con una guerra a punto de cumplir seis años.

Para él fue una de las dos llamadas de cortesía que hizo desde el avión camino a la base de los marines en Camp Lejeune (Carolina del Norte), además del primer ministro iraquí Nuri Al Maliki.

Ninguna sorpresa en las líneas generales. El plan que dice haber diseñado tras consultar con los militares, los mismos que trabajaron para Bush, se ajusta a lo que aprobase el Parlamento iraquí en noviembre, a propuesta del Gobierno estadounidense.

Transición

En los detalles, el nuevo presidente ha decidido poner fin a las operaciones de combate en agosto del año que viene, pero dejar en Irak entre 35.000 y 50.000 tropas como «fuerza de transición para llevar a cabo labores de entrenamiento, equipamiento y asesoramiento a las fuerzas de seguridad iraquíes, siempre y cuando no sean sectarias, además de conducir labores antiterroristas y proteger nuestros esfuerzos civiles y militares en Irak».

La cifra supera el nivel actual de tropas en Afganistán, 33.000, que antes de primavera se reforzará con 8.000 marines de la misma base desde la que habló hoy Obama, y llegará a los 47.000 antes del verano.

«Es un número mucho más alto del que yo había anticipado», confesó el líder de los demócratas en el Senado Harry Reid. Según The New York Times , la portavoz del Congreso Nancy Pelosy era «otra de las personas que estaba particularmente enfadada con el número de fuerzas residuales que quedarán».

Por contra, Obama había encontrado por fin la aprobación de su rival de campaña John McCain, el mismo que le había acusado de «estar dispuesto a perder una guerra para ganar las elecciones» y defendía quedarse en Irak «cien años más si fuera necesario». Desde el hemiciclo del Senado, McCain saludó ayer «un plan muy razonable» que a su juicio llevará el país a la victoria.

Los más decepcionados eran los grupos antibélicos que como el presidente nacieron al amparo de la guerra de Irak y apoyaron su candidatura. «Éste no es el plan que esperábamos ver, ni el cambio prometido», declaró consternada Dana Balicki, de Code Pink.