Estados Unidos estudia el traslado de tropas a la frontera con México
nueva york
La ola de violencia que azota México preocupa cada vez en Estados Unidos, sobre todo desde que la zona fronteriza que divide ambos países se ha llenado de soldados mexicanos enviados las últimas semanas por el presidente Felipe Calderón para combatir el incremento de las acciones criminales del narcotráfico. Washington también sopesa enviar tropas de la Guardia Nacional ante la posibilidad de que los enfrentamientos del ejército azteca con las fuertemente armada bandas de traficantes provoque un repentino éxodo de refugiados hacia territorio estadounidense.
La Administración Obama está manejando la situación con mucho cuidado, consciente que cualquier movimiento en una u otra dirección podría acarrearle problemas. El gobernador de Tejas -”el estado con más kilómetros de frontera y por donde discurre la mayor parte del tráfico de drogas y de personas-” pidió hace un mes a la Casa Blanca que reforzara militarmente la zona. Su homólogo en Arizona, Jan Brewer, solicitó ayer el envío de 250 soldados más de la Guardia Nacional para apoyar a los 150 ya desplegados.
Salvaguardando relaciones
Pero la Casa Blanca tampoco quiere anticiparse con una medida tan controvertida que podría enturbiar sus relaciones con el país vecino. «Los retos que tenemos planteados en la frontera no se van a resolver con una militarización a largo plazo», aseguró ayer el portavoz del Gobierno, Robert Gibbs. El mismo Obama declaró este viernes que ni contempla ni desea la militarización de la frontera aunque evaluará el despliegue de la Guardia Nacional como una opción. La preocupación sobre el incremento de la violencia en México ha vuelto a poner sobre la mesa el nombramiento de un «zar antidroga», una medida largamente considerada por Washington que fue relegada tras los atentados del 11 de septiembre.