Diario de León

La Unión Europea colaborará en el desmantelamiento de Guantánamo

Obama proclama un nuevo estilo en las relaciones con Europa

Sarkozy afirma que hay una «identidad de visiones» con EE.UU. sobre los problemas mundiales

Obama y Sarkozy posan con sus respectivas mujeres, Michelle y Carla Bruni, a su llegada al Palais Ro

Obama y Sarkozy posan con sus respectivas mujeres, Michelle y Carla Bruni, a su llegada al Palais Ro

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Fernando Pescador
León

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estrasburgo

La Otan inició ayer, pasada la media tarde, la cumbre conmemorativa de su 60 aniversario pero desde media mañana, cuando Barak Obama y Nicolas Sarkozy comparecieron juntos en conferencia de prensa tras una reunión bilateral, las ideas estaban claras: la guerra en Afganistán la van a hacer los americanos, los europeos van a cooperar en la nueva estrategia estadounidense para ese país, la Otan tendrá que hablar más con Rusia, que está en condiciones de desactivar el poder atómico militar iraní (en curso de construcción), y europeos y americanos van a tener que ponerse de acuerdo sobre una profunda revisión de las estructuras aliadas.

Guantánamo

Además, la Unión Europea colaborará con Estados Unidos en el desmantelamiento de Guantánamo, acogiendo a excarcelados que no puedan volver a sus países de nacionalidad, después de un minucioso filtrado de personalidades que Estados Unidos, según el presidente norteamericano, «efectuará con gran cuidado, en consulta con sus aliados».

Las últimas elecciones norteamericanas han producido un líder mundial, Obama, que se pasea auroleado de un fulgor celeste estos días por Europa, pero ayer parecía que la Otan y la Unión Europea fueran el predio de Nicolas Sarkozy. Las afirmaciones vertidas por el presidente francés en su conferencia de prensa conjunta con el presidente norteamericano, los tributos mutuos y reiterados al liderazgo de ambos y los compromisos asumidos en nombre ajeno (la Unión Europea y la Otan son organismos internacionales cuyos miembros tienen algo que decir en las materias sometidas a discusión), constituyeron, sin dudas de ninguna índole, uno de esos «derrapajes controlados» que tanto gustan a Sarkozy y tan poco a sus socios.

Porque Sarkozy habló en nombre de los miembros de la UE sin ser presidente del Consejo Europeo, y en el de la Otan siendo, como es, un socio más de una organización en la que las decisiones se toman por consenso.

No se quedó corto Sarkozy en la presentación de su bilateral con Obama. Afirmó que «existe una identidad de visiones» entre el presidente norteamericano y él sobre los problemas mundiales y la manera de afrontarlos; dijo «apreciar la apertura de espíritu» (del nuevo presidente estadounidense) «para construir un nuevo mundo»; y prometió «muchas iniciativas (para afrontar) un buen paquete de retos los próximos años».

El presidente norteamericano confirmó que Estados Unidos apoya una Política Europea de Defensa, que es la contrapartida antepuesta por Sarkozy para el retorno de Francia a la estructura de mando integrado de la Otan. El presidente francés se refirió a ello en su intervención: dijo confiar «en la palabra y la inteligencia» de Obama, del que dijo que comprende que una defensa europea sólida es bueno para Estados Unidos.

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