Un tren con retraso ante el reto de mejorar el transporte público
colpisa | nueva york
En ningún otro capítulo industrial o tecnológico van los norteamericanos tan rezagados. Cuarenta años después de que los japoneses pusieran en marcha su primer tren bala, tras décadas de éxito de la alta velocidad en Europa, Washigton hace el primer intento serio de mejorar el transporte público terrestre, inexistente en amplias zonas de EE UU merced a una política cuyas prioridades han sido la construcción de aeropuertos y autopistas. La visión de Obama de crear redes de alta velocidad de medio y largo recorrido permitirá la conexión entre ciudades densamente pobladas y con las carreteras al límite de sus posibilidades, como Los Ángeles y San Diego, en California; Miami y Orlando, en Florida, o Dallas y San Antonio, en la sureña Tejas. Las regiones más activas contarán con su corredor de alta velocidad. Solo los estados más despoblados de las grandes llanuras o del árido suroeste quedan fuera del reparto.