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El presidente admite el fracaso de la política antiterrorista de George Bush

Publicado por
Teresa Bouza
León

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washington

El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo ayer que su país se alejó de la «senda correcta» en materia antiterrorista los últimos ocho años, lo que fue rebatido por el ex número dos de la anterior administración, Dick Cheney, que rechazó la «temeridad encubierta de rectitud» del actual gobernante.

Ambos pronunciaron sendos discursos sobre seguridad nacional, un tema que enfrenta a republicanos y demócratas y es objeto de un acalorado debate en Estados Unidos.

Obama, que habló en la sede de los Archivos Nacionales, edificio que alberga entre otros documentos emblemáticos el texto original de la Constitución, reconoció que EE.UU. se había adentrado en una «nueva era» tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Washington y Nueva York.

Lamentó, sin embargo, que el Gobierno de su predecesor, George W. Bush, tomase una serie de «decisiones apresuradas» que no se inspiraron en los valores democráticos estadounidenses, y que estuvieron guiadas «a menudo» por el miedo y la falta de visión de futuro.

Datos manipulados

Criticó también que con frecuencia se manipulasen los datos para que se ajustaran a las «predisposiciones ideológicas».

«En lugar de aplicar de forma estratégica nuestro poder y nuestros principios, los dejamos de lado con demasiada frecuencia como lujos que no nos podíamos permitir», subrayó Obama.

«Y en esa era del miedo, muchos de nosotros, demócratas y republicanos, políticos, periodistas y ciudadanos nos quedamos callados», admitió.

Mencionó, además, que «las decisiones que se tomaron durante los últimos años se basaron en un enfoque legal improvisado para luchar contra el terrorismo que no era ni efectivo ni sostenible».

Obama recordó que desde su llegada a la Casa Blanca, en enero, ha adoptado ya varias medidas para proteger al pueblo estadounidense, como la prohibición de practicar interrogatorios abusivos a sospechosos de terrorismo.

«Sé que algunos han sostenido que métodos brutales como la asfixia simulada son necesarios para mantenernos seguros. Estoy completamente en desacuerdo», manifestó el presidente estadounidense.