| Crónica | La polémica continúa |
Berlusconi y sus relaciones «picantes» con menores
El primer ministro italiano vuelve a negar un romance con la joven de18 años Noemi Letizia, pero tras un mes de polémica sigue sin aclararlas sospechas de que ha mentido sobre esta extraña historia
roma
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, juró ayer sobre sus hijos que nunca ha tenido «relaciones picantes» con Noemi Letizia, la joven de 18 años que desde hace un mes es famosa y centra, en forma de folletín, la política nacional. Añadió que si se demostrara que ha tenido relaciones con una menor, pues se frecuentaban antes de la mayoría de edad de Letizia, dimitiría «inmediatamente». La historia salió a la luz el pasado 28 de abril cuando se supo que il Cavaliere había acudido a la fiesta de los 18 años de esta desconocida en un restaurante de bodorrios de las afueras de Nápoles. Fue la gota que colmó la paciencia de su esposa, Veronica Lario, que le acusó de «frecuentar menores» e insinuó que «no está bien». Luego anunció que quería el divorcio.
El magnate, no obstante, siguió esquivando ayer el asunto realmente relevante de esta opereta: aclarar las numerosas contradicciones en que ha incurrido estas semanas cada vez que quería explicarse sobre esta extraña historia. Es decir, despejar la duda de si ha mentido o no. Hoy tampoco lo hizo y se limitó, en su estilo, a hacer bromas: «Mussolini tenía las camisas negras, y yo, según los diarios extranjeros sometidos por nuestra izquierda, tendría las veline (azafatas televisivas), gracias a Dios es mejor». Su estrategia probablemente es aguantar e ignorar la cuestión hasta las elecciones europeas. Según los sondeos, obtendrá un triunfo aplastante y considerará que ya no tiene nada que explicar, pues los italianos le dan su apoyo de todas maneras.
De lo más entretenido
Parece inverosímil que Berlusconi esté atravesando problemas por este presunto lío de faldas, con todo el historial de asuntos realmente graves que tiene a las espaldas, pero la oposición ha encontrado un flanco débil más comprensible para el gran público, y desde luego más entretenido, que, por ejemplo, la reciente acusación de la sentencia del caso Mills. Afirmaba que sobornó a un abogado británico para que mintiera y garantizara su impunidad, pero eso a la gente parece darle igual. Pero de Noemi se habla en todas las esquinas.
El culebrón no se agota porque cada día alguien lo mantiene vivo y tiene tal entidad que uno ya se pierde con los personajes secundarios, como mandan los cánones. Ayer le tocó a la tía de Noemi Letizia, que se puso del lado del ex-novio de ella, Gino Flaminio, un chaval de 22 años que acusó a Berlusconi de haberle robado la chica y de haber mentido sobre cómo empezó su relación. El primer ministro primero dijo que era la hija de unos viejos amigos, porque el padre fue chófer de Craxi. Esto fue desmentido. Luego dijo que siempre la había visto en compañía de sus padres, pero aparecieron imágenes de Letizia en actos oficiales ella solita. Además ha quedado confirmada una primicia que reveló el ex-novio: Noemi se alojó nueve o diez días en la villa de Berlusconi en Cerdeña en Nochevieja, junto a «treinta o cuarenta chicas» hospedadas en bungalows. Al final salió el padre a anunciar que su hija era virgen, como había ya declarado ella misma en exclusiva en su primera entrevista, y afirmó que conocía a Berlusconi desde 2001. Pero pese a su buena intención esta versión contradecía por desgracia la del primer ministro. La oposición ya se ha pasado a la artillería pesada.