Diario de León

Sarkozy inicia una cruzada contra los signos de servidumbre de la mujer

El presidente protagonizó la primera intervención de un jefe de Estado ante el Parlamento francés desde 1848 en la que señaló que el burka «no es bienvenido»

Parlamentarios franceses aplauden a Sarkozy antes de su intervención.

Parlamentarios franceses aplauden a Sarkozy antes de su intervención.

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| parís
León

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«Quiero decirlo solemnemente: el burka no será bienvenido en el territorio de la República Francesa». Nicolas Sarkozy puso ayer la prenda que oculta por completo el cuerpo de la mujer en el índice del Estado laico.

El presidente francés no se pronunció sobre la oportunidad de prohibir por ley su uso, como ya ocurre en la escuela y la administración públicas con todos los signos religiosos, incluido el velo islámico. Pero avaló la reciente iniciativa de un grupo de parlamentarios de abrir un debate que ya divide al país entre tolerantes e intransigentes.

En el lanzamiento de su cruzada contra el integrismo misógino, Sarkozy eligió un acontecimiento histórico: la primera intervención en persona de un jefe del Estado ante el Parlamento francés desde 1848.

En el palacio de Versalles, residencia del rey Sol y escenario de las coronaciones monárquicas, Nicolás II arremetió contra la jaula textil de las mujeres en uno de los pasajes de su discurso más aplaudidos por los asistentes, incluida su esposa Carla Bruni desde la tribuna de invitados.

«El problema del burka no es un problema religioso, es un problema de libertad y de dignidad de la mujer», proclamó el jefe de un Estado que tiene inscrita en la ley la separación entre el poder político y todas las iglesias desde principios del siglo XX

A su juicio, tanto la prenda de origen afgano como el -˜nigab-™ -indumentaria que sólo permite llevar descubiertos los ojos- no son signos religiosos sino símbolos de esclavitud y sumisión. «No podemos aceptar en nuestro país mujeres prisioneras tras una rejilla, aisladas de toda vida social y privadas de toda identidad.

«No es la idea que la República francesa tiene de la dignidad de la mujer», enfatizó entre los aplausos de los diputados y senadores conservadores puestos en pie. El mensaje presidencial fue plenamente aceptado por Dalil Boubakeur, rector del instituto musulmán de la Gran Mezquita de París. Este representante del islam moderado, mayoritario en el país frente a las minorías fundamentalistas.

El debate sobre el burka ha arreciado a raíz de la petición de una comisión de investigación parlamentaria sobre la cuestión presentada la semana pasada por un grupo de 58 diputados de derecha, centro e izquierda.

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