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Reportaje | Fernando Mexía

California sigue en llamas

Alrededor de 46.000 hectáreas de matorral y 74 edificaciones calcinadas es el balance provisional de esta catástrofe

Un grupo de bomberos intenta contener un incendio forestal en las montañas.

Publicado por
León

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California despidió ayer el mes de agosto en guerra abierta contra los numerosos incendios que recorren el estado de norte a sur, con especial atención al fuego que afecta al área de Los Ángeles que ha costado la vida a dos bomberos.

Las llamas avanzan sin tregua desde el pasado miércoles en el parque Angeles National Forest, al noreste en el condado angelino, convertido en el escenario del peor incendio californiano en lo que va de año. Alrededor de 46.000 hectáreas de matorral y 74 edificaciones calcinadas es el balance provisional de esta catástrofe natural que, controlada tan solo en un 5 por ciento, amenaza con arrasar 12.000 edificaciones.

Más 6.000 personas siguen fuera de sus casas desde que fueron evacuadas durante las primeras horas del lunes por la proximidad del fuego, aunque algunos vecinos se resistieron a abandonar sus propiedades dispuestos a luchar por salvar pertenencias, lo que llevó a tres residentes al hospital con quemaduras graves.Otras cinco personas que decidieron quedarse en sus domicilios contraviniendo las órdenes de las autoridades terminaron por pedir auxilio ayer, aunque los equipos de rescate aún no han conseguido extraerlos de la zona de riesgo.

El peor momento se vivió durante la tarde del domingo cuando un vehículo en el que viajaban dos bomberos, uno de ellos de origen hispano, se despeñó por la ladera del monte Gleason mientras trabajaban en las tareas de extinción.

«Todos los californianos están agradecidos por su valor y por el gran servicio prestado», aseguró hoy el gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger, quien señaló que los bomberos son sus «grandes héroes». El mandatario republicano declaró el viernes el estado de emergencia para el condado de Los Ángeles con la esperanza de poner coto al fuego, aunque las llamas continuaron avanzando durante el fin de semana.

Las altas temperaturas, superiores a 35 grados, el denso y seco matorral y la abrupta orografía han dificultado el acceso por tierra a los frentes del incendio, por lo que los bomberos decidieron centrarse en proteger las zonas habitadas y establecer cortafuegos.

Los equipos de extinción parecen haber asumido la pérdida del centro de telecomunicaciones situado en la cima del monte Wilson, lleno de antenas y repetidores que dan señal de cobertura de televisión y telefónica.

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