Reportaje | ignacio ortega
El Kremlin, contra el vodka
Combatir el alcoholismo, que se cobra unas 40.000 vidas cada año en Rusia, es la nueva batalla de Medvédev
El Kremlin ha lanzado una nueva campaña nacional contra el alcoholismo, piedra en la que han tropezado una y otra vez los dirigentes rusos debido a la mala acogida de esa clase de medidas entre la población.
«Para ser sinceros, el alcoholismo ha alcanzado en nuestro país un carácter de desastre nacional», que se cobra la vida de unas 40.000 personas cada año, aseguró recientemente Dimitri Medvédev, presidente ruso.
Medvédev, que ha promovido la práctica del deporte desde que llegó al poder en el 2008, considera insostenible para la estabilidad política y económica de cualquier país que sus ciudadanos beban anualmente casi 18 litros de alcohol puro por persona como en Rusia.
«Tanto restricciones como campañas de promoción de una vida sana», resumió así el líder ruso la nueva campaña contra el excesivo consumo de alcohol.
Medvédev reconoció que las restricciones de los últimos años a la producción, venta y publicidad de bebidas alcohólicas, y el endurecimiento de los castigos contra los automovilistas que conducen en estado ebrio apenas han cambiado el panorama.
Para demostrar que no se trata de un gesto para la galería, Medvédev encomendó públicamente la introducción de esas medidas al primer ministro, Vladímir Putin, que tiene tres meses para ponerlas en práctica.
El jefe del Kremlin ha insistido en que no se trata de promulgar una «ley seca», sino de adoptar medidas a largo plazo que acaben, de una vez por todas, con las malas costumbres de la población, que bebe unos dos mil millones de litros de alcohol anuales.
Para empezar, ordenó al Gobierno que estudie hasta marzo del 2010 la posibilidad de introducir el monopolio estatal en la producción de bebidas alcohólicas, medida apenas sin precedentes en el mundo, pero que el Kremlin ha sopesado desde hace varios años. El objetivo es tanto aumentar el control sobre la producción, como incrementar los ingresos de las arcas del Estado. Además, también plantea establecer un precio mínimo oficial para la botella de vodka.