El presidente de la asamblea pide su reinvención urgente
El nicaragüense Miguel D-Escoto se despidió ayer de la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas con una petición a sus 192 miembros para que «reinventen» de manera urgente la organización mundial. El ex canciller sandinista puso fin con su discurso al 63 período de sesiones del órgano de la ONU, que hoy iniciará una nueva andadura bajo la dirección del libio Ali Abdessalam Treki.
«El tiempo de las reformas y los remiendos de esta organización ha pasado y lo que se necesita es reinventarla, y lo debemos hacer con urgencia», afirmó D-Escoto, que regresará a Nicaragua tras pasar un año al frente de la Asamblea General.
El diplomático repasó los grandes temas que han dominado la labor de este período de sesiones de la Asamblea General, como la crisis financiera, la reforma del Consejo de Seguridad o la ofensiva israelí de Gaza en diciembre y enero pasados.
Aseguró que «queda mucho por hacer si Naciones Unidas quiere ser merecedora del prestigio, la confianza y la credibilidad que necesita para llevar a cabo su misión con eficacia».
En particular, abogó por la adopción de una «Declaración del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad» que sirva de base para la redacción de una nueva Carta de las Naciones Unidas. Criticó la falta de compromiso con el derecho internacional y el contenido de la Carta de Naciones Unidas de sus «miembros más poderosos e influyentes». «Algunos Estados miembro se creen que pueden actuar de acuerdo a la ley de la selva, y defienden el derecho del más fuerte», aseveró.