Los líderes del G-20 inician la tercera cumbre con pocas medidas concretas
El borrador de la declaración final prevé que las medidas anticrisis seguirán otro año y que los países ricos den un 5% de sus votos en el FMI a las naciones pobres
Los líderes del G-20 iniciaron ayer con una cena de trabajo su tercera cumbre, en la que se esperan declaraciones de intenciones sobre futuras reformas, pero pocos compromisos concretos para llevarlas a cabo.
Según un borrador de la declaración final, los líderes de los 19 países representados, más la UE, no harán referencia a la retirada de los planes de estímulo, sino que se comprometerán hoy a «continuar respaldando la actividad económica hasta que la recuperación se afiance claramente».
Aun así, pide a los miembros que establezcan, en cooperación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), «un proceso transparente y creíble para retirar el apoyo fiscal y monetario extraordinario, y el respaldo al sistema financiero».
Fijar ahora un plazo determinado para eliminar los planes de estímulo, dicen los expertos, provocaría un desplome de los mercados, ante la constancia de que los millones de dólares que diariamente se inyectan en la economía tienen los días contados.
El borrador también habla de la conveniencia de que las remuneraciones de la alta dirección de los bancos se vincule a objetivos a largo plazo, pero sin fijar un tope específico, como había insistido en particular el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con la oposición de EE.UU.
El documento pide que se llegue a un acuerdo internacional sobre este punto antes de finales de año.
Otro de los temas en discusión que recogerá la declaración final es la necesidad de que los bancos se doten de mayores recursos de capital, con objeto de ganar solidez y evitar crisis como la que han sufrido en el último año, como defendía Estados Unidos.
No obstante, cómo hará cada país para obligar a sus entidades a dotarse de más recursos propios es algo en lo que no entra el G-20, que se mueve en su declaración más por el terreno de las intenciones que de las medidas concretas, como ha ocurrido en las dos cumbres anteriores.
De hecho, el tema de las remuneraciones de los banqueros formó ya parte de la declaración final de la cumbre celebrada en Londres en abril, sin que se haya prosperado en este aspecto desde entonces.
El único punto concreto que ha podido avanzar era el reclamo de países emergentes como Brasil, China, Rusia y la India, que pedían un mayor poder de voto en el Fondo Monetario Internacional.
Aunque estos países pedían un 7%, el borrador contempla que los países ricos transfieran «por lo menos» un 5% de su voto en el FMI a las naciones en desarrollo «dinámicas».
Los mandatarios que asisten al G-20 ya han llegado a Pittsburgh, una ciudad al este de EE.UU. de pasado industrial pero volcada hoy en las nuevas tecnologías. La mayor parte viene de Naciones Unidas, en Nueva York, donde han participado del debate de la Asamblea General.