Salgado defiende ante el FMI las previsiones del Gobierno
El Gobierno español discrepa de los pronósticos del FMI y así se lo hizo saber a sus máximos directivos, dijo ayer la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, quien aseguró que el país volverá a crecer en el primer semestre del 2010.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho en los últimos días una evaluación pesimista de las perspectivas económicas de España, al que coloca a la cola de la recuperación mundial.
Pero a juicio de Salgado a los expertos de dicha institución les faltan datos, en particular sobre el desempeño de los exportadores, que han mantenido su cuota de mercado, pese a que los volúmenes han caído, como en el resto del mundo.
La vivienda es el otro punto ciego del Fondo, según explicó la ministra en una rueda de prensa, pues «una parte importante del ajuste» ya ha ocurrido en ese sector. En comparación, el FMI augura que aún resta una caída «grande» de los precios.
Los datos económicos que maneja el ministerio impedirán, de acuerdo con Salgado, que el déficit presupuestario alcance los niveles previstos por el FMI, que habla de un agujero de más del 10% del PIB para este año.
Los cálculos de España. El Gobierno calcula un déficit del 9,5 por ciento, que se compone de un 8,1 por ciento de déficit del Estado y el resto de los gobiernos regionales. «El déficit del Estado se va a cumplir y espero que la previsión de las comunidades autónomas también», dijo Salgado, que se reunió con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en el marco de la Asamblea Anual de ese organismo y el Banco Mundial, que comenzó ayer.
Para el 2010, el Fondo cree que el déficit será algo menor, aunque no cuenta con un valor actualizado.
Salgado defendió que los números rojos sumarán el 5,1 por ciento del PIB el próximo año y «ni mucho menos podría llegarse a la cifra que dice el Fondo Monetario Internacional»
El organismo había pronosticado inicialmente un déficit de más del 12 por ciento para los dos años, pero admitió que será menor, aunque aún así elevado, debido a que no tuvo tiempo de calcular el posible impacto de la subida de impuestos anunciada por el Gobierno.
A medio plazo, sin embargo, la discordia entre FMI y Gobierno se desvanece