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La reforma sanitaria en EE.UU. será un proceso largo y muy dificultoso

El Senado da luz verde al debate del proyecto, pero las posiciones divergentes que defienden demócratas y republicanos son importantes a tenor de las declaraciones

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efe | washington

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El voto que ha dado luz verde al debate sobre el proyecto de reforma sanitaria en el Senado ha sido un importante paso, pero, según mostraban ayer las enfrentadas posiciones entre republicanos y demócratas, la reforma no está tan cerca.

Los demócratas ganaron una batalla en la Cámara Alta al conseguir los 60 votos necesarios para evitar que los republicanos bloquearan la moción y poder iniciar el debate el próximo 30 de noviembre, pero la guerra será difícil de ganar.

Un día después de la votación, senadores de ambos partidos mostraron sus diferencias en los programas políticos dominicales. El senador republicano de Tennessee, Lamar Alexander, aseguró en el programa «Fox News Sunday» que aunque haya pasado esta votación el proyecto de ley decaerá durante el debate debido al alto costo. Algo que rechazó la senadora demócrata Debbie Stabenow, que afirmó que la reforma no sólo permitirá reducir los costes sanitarios, sino salvar 3,5 millones de empleos.

En los mismos términos la senadora demócrata por Pensilvania, Arlen Specter, señaló que pese a las cifras que marca el proyecto esta reforma puede ayudar al país a ahorrar 800.000 millones de dólares en 20 años.

Los demócratas tienen 58 de los 100 escaños del Senado y suelen contar con el voto de dos senadores independientes, a los que tendrán que volver a convencen para que se unan a ellos. Una tarea que no será fácil, puesto que las objeciones al plan actual, calculado en 849.000 millones de dólares a diez años, ya están sobre la mesa.

«No quiero que los problemas de nuestro sistema de salud creen más crisis económica», dijo el senador independiente Joseph Lieberman en el programa «Meet the Press» de CNN. Un extremo que coincide con los republicanos que consideran que en tiempos de crisis una reforma sanitaria agravará el déficit fiscal.

La propuesta del Senado quiere dar cobertura médica a casi 31 millones de personas y recoge la «opción pública», que también propuso la Cámara de los Representantes y que permitiría al Gobierno competir con las aseguradoras privadas en la cobertura sanitaria.

Obliga a los estadounidenses a comprar un seguro médico, igual que es obligatorio el de los automóviles, y multa a las aseguradores que denieguen cobertura a personas con problemas médicos preexistentes.

El presidente Barack Obama mostró su «satisfacción» tras conocer el voto del Senado para «acabar con los abusos de las compañías de seguros» y mejorar la calidad de la cobertura, según dijo en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

Sin embargo, Lieberman y los senadores demócratas moderados, Ben Nelson de Nebraska, Mary Landrieu de Luisiana y Blanch Lincoln de Arkansas, que accedieron avanzar en el debate han subrayado que no respaldarán el proyecto de ley a menos que haya cambios sustanciales.