Zelaya cumple tres meses refugiado en la legación de Brasil
El depuesto presidente de Honduras asegura que hizo bien en regresar al país y critica a la comunidad internacional
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, cumple hoy tres meses refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, adonde llegó por sorpresa el 21 de septiembre pasado para seguir exigiendo su restitución en el poder.
Zelaya fue derrocado por los militares el 28 de junio y enviado a Costa Rica, desde donde inició un periplo por varios países del continente en busca de su restitución en la presidencia de Honduras y después se radicó en Nicaragua.
El 21 de septiembre Zelaya llegó por sorpresa y clandestinamente a la embajada de Brasil, que permanece desde entonces custodiada por policías y militares, quienes además registran minuciosamente a las personas que ingresan.
Del registro no escapan los alimentos y cualquier otro tipo de envío a Zelaya y su decena de acompañantes, entre quienes figura su esposa, Xiomara Castro.
Zelaya dijo el pasado día 17 que no se arrepiente de haber regresado al país. «Mi retorno al país es lo más acertado que he hecho en toda mi vida política. Es lo mejor que he hecho en mi vida, lo más correcto ha sido venir a ponerme de frente a mi pueblo, que está siendo reprimido, lo hice con plena convicción, lo hice porque quería yo mismo estar frente al problema», subrayó el derrocado gobernante.
Zelaya considera que quienes han fracasado, porque no han podido restituirlo en el poder, son la comunidad internacional y EE.UU., país al que acusa de actuar con un doble discurso, porque primero condenó el golpe de Estado y después reconoció las elecciones del 29 de noviembre pasado.
A los tres meses de su encierro en la legación diplomática brasileña y a casi seis de su derrocamiento, Zelaya ha fracasado en los tres intentos por recuperar el poder.