La renta agraria acumula desde hace cinco años una caída superior al 26%
El poder adquisitivo del sector primario leonés sufre un nuevo retroceso en el 2009 con descensos generales en los precios de productos agrarios y ganaderos
Paso atrás, y así cuatro consecutivos, y no se atisba el final. El sector agrario, que paradójicamente fue uno de los pocos que a lo largo del último ejercicio evaluado dio sentido a la economía, el único que logró que el producto interior bruto avanzara una pulgada, asumió en el año 2009 una nueva recesión de valores. La renta retrocedió otro 5,3%, según las primeras estimaciones hechas públicas por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (del ramo en adelante) que en su informe anual no cuenta con ningún parámetro positivo entre los que emplea para hacer recuento de la actividad agraria y su rentabilidad para los productores. Extrañaría lo contrario, tras los doce meses más hostiles que recuerda el campo para sus activos, al menos desde que se impuso la época de la modernización y la competitividad. El relato de la debacle tiene su parte teórica en las magnitudes estadísticas que describen la renta agraria: -5,3% de la renta agraria en términos corrientes; -3,9% en valores de renta agraria por unidad de trabajo; -5,4% de renta agraria en términos constantes.
La actividad de la rama agraria desciende un 10%; un porcentaje demasiado corto al lado de la caída de precios en algunos productos de este sector (14% los cereales, 14% las plantas forrajeras o el 19% la patata). La producción animal disminuye un 9% de forma global; se llega a ello por la depreciación del 14% en bovino y ovino-caprino, las aves un 4% y la leche, con un precio un 18% menor que el año 2008.
Con el del 2009, la renta agraria completa un lustro de marcha atrás; que refleja en una pérdida global del 26% y que se ofrece como explicación a las marcha, manifestaciones y protestas multitudinarias protagonizadas por el sector en el pasado otoño: las tablas de números tienen unos efectos funestos en el sector que se echó en masa a la calle a clamar por la injusticia que supone «pagar el euros» y «cobrar en pesetas». Así definen las víctimas de la crisis estar con ingresos del año 92.