Asaja denuncia que de la Ley Rural sólo le tocan 800.000 euros a León

«No pinta nada bien», asume José Antonio Turrado, secretario general de Asaja, sobre las perspectivas del campo, de la economía del campo, de la renta de los agricultores. «No pinta nada bien» sirve como el peor de los balances de un año, el 2009, y el mejor de los pronósticos, para el 2010. Lo que se avecina puede resultar incluso peor de lo que se vivió, según concluye el dirigente agrario leonés al condensar el último año que acabó con el campo en la calle. No se ve más solución que los precios. No las macroleyes diseñadas desde los gobiernos Central y Autonómico, que en nombre de desarrollo rural llegaron a presentarse como tabla de salvación. Así lo entiende Asaja. «La Ley de Desarrollo Sostenible del Mundo Rural, que es el proyecto estrella del Gobierno de Zapatero en su primera legislatura, se puso en marcha el pasado año de forma simbólica; para el año 2010 se ha firmado un convenio con la Junta al que corresponden dos proyecto: uno de fomento de aprovechamiento de pastos en Balboa, que recibirá 0,8 millones de euros, y otro de infraestructuras del Camino de Santiago, con 150.000 euros», describe Turrado para desenmascarar el límite real de una norma acomodada a los intereses de quien legisla: «Son leyes que no comprometen presupuesto, que sirven para tener a la opinión pública pendientes de ellas, y que el Gobierno la puede estirar lo que quiera pero que realmente no llegan a ninguna conclusión práctica», entiende el dirigente agrario. Turrado suma esta consideración también a la Ley de Desarrollo Rural de Castilla y León, que en forma de borrador ya ha entrado en el cauce legislativo.

Rescate. Con las medidas de rescate a medio definir «ahora estamos pendientes de que se evalúen las medidas que ha prometido aplicar Zapatero a nuestras demandas sobre ayudas al sector agrario y que se van a efectuar a finales de febrero», Turrado pone énfasis en la necesidad de aplicar medidas de financiación para las explotaciones agrarias y en entregar todo el futuro a una fórmula: «Más precios y menos costes». No hay otra solución para no repetir la secuencia de ruina del 2009 «cuando en León sembramos el 13% menos y recogimos un 44% menos». Cada vez que se cruza un número, una comparación, el campo sale perdiendo: «Me temo que este año asistiremos a un velatorio», vaticina el secretario de Asaja.