La apertura de la pasarela de la N-601 evitará una veintena de accidentes

Después de dos décadas de reivindicaciones, la pasarela peatonal del Alto del Portillo se logró abrir ayer al público. Se trata de una estructura de acero de 110.000 kilos, pintada en color azul, y con 32 metros de luz, lo que permite cruzar los cuatro carriles de la N-601 «con total seguridad», según manifestó el subdelegado del Gobierno durante su inauguración.

Francisco Álvarez explicó que el Ministerio de Fomento, que sufragó los 425.000 euros de la infraestructura, atiende así «la demanda vecinal y de las asociaciones de peregrinos, al tiempo que evita la peligrosidad del cruce y elimina un punto negro del Camino de Santiago que registraba una veintena de accidentes al año».

En ese sentido, anunció nuevas actuaciones del ministerio para garantizar la seguridad de otros tramos de la Ruta, como en la N-120 (León-Astorga). Por su parte, el jefe de la Unidad de Carreteras, José Manuel González, reconoció que la obra había encontrado varias dificultades, al tener que ajustarse a un terreno limitado por una urbanización con acceso privado, un polígono industrial y una carretera de titularidad de la Diputación, que no se podía invadir. También admitió que el proyecto inicial tuvo que ser modificado para sustituir el camino de los peregrinos que circulaba junto a la nacional, en su margen derecha, tras cruzar la pasarela, por otro elevado, «que aprovecha una escollera y sirve de balcón sobre la ciudad, además de estar más alejado del tráfico, no sacrificar terreno de la carretera y ofrecer mejores vistas».

La pasarela se colocó el pasado agosto, pero estos trabajos retrasaron cinco meses su apertura. Un peregrino de Dinamarca, que casualmente pasaba con su bicicleta, fue el encargado de inaugurar la nueva estructura ubicada en el kilómetro 322,400 de la nacional, que posee 2,5 metros de ancho.