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Entrevista

«Nadie puede vivir bajo la lluvia durante días, esa es ahora la angustia de Haití»

La embajadora del país sacudido hace un mes por el terremoto llega esta semana a León para participar en la cena que pretende recaudar fondos para contribuir a la reconstrucción de las zonas devastadas

Yolette Azor-Charles, embajadora de Haití en España.

León

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La angustia es desde hace un mes una sensación permanente en Haití. Angustia por lo ocurrido, y por lo que puede ocurrir. A la devastación del terremoto amenaza con sumarse la llegada de la temporada de lluvias, también temible. Más de 1,2 millones de personas no tienen dónde resguardarse de ellas. La emergencia se suma a la emergencia.

-”¿Cuál es la situación en Haití en este momento, sobre todo desde el punto de vista humanitario?

-”Ahora se sigue aportando lo básico, los alimentos y el agua, pero la emergencia se encuentra ya en otra etapa. La preocupación por el alojamiento tiene a la población cada vez más angustiada. En febrero siempre hay un poco de lluvia, pero hoy todo el mundo teme la llegada de las grandes lluvias, a partir de mayo. Por eso ahora la actuación se centra en dotar de tiendas de campaña y casas prefabricadas a la población. Y todo ello sin olvidar que es necesario llevar herramientas para sacar a los muertos que todavía están debajo de los escombros, derruir las casas y limpiar las zonas, para evitar una potencial epidemia. Antes de que lleguen las tormentas. Esa es nuestra angustia ahora.

-”¿Quedan todavía muchos cadáveres por recuperar?

-”Sí, muchos. Hay que ocuparse de eso, pero también de seguir salvando a los que están con vida, que tengan un lugar más limpio donde vivir, un techo. Ese es el llamamiento ahora, porque tenemos muy poco tiempo y poca capacidad humana para hacerlo.

-”¿Está la población preparada para hacer frente a la temporada de lluvias?

-”Más de un millón de personas no tienen un techo, y eso es prioritario ahora. Nadie puede quedarse bajo la lluvia durante horas, durante días, sin enfermar. Es urgente dotarles de refugio, la situación es realmente preocupante.

-”Durante este mes la respuesta internacional en ayuda ha sido importante, pero quizá pueda dar la sensación de que no llega adecuadamente a la población. ¿Cuál es la situación realmente?

-”Claro que llega, pero hay que ser conscientes de la magnitud del problema. No es fácil hacer llegar a más de un millón de personas cada día todo lo que necesitan. La situación de necesidad que ha dejado el terremoto es impresionante, y hay que tener en cuenta que estamos en una fase de energencia. Puede que a veces haya la tentación de desmoralizarse, pero hay que seguir. Esta es la situación que hay, y a la que hay que hacer frente.

-”¿Sigue habiendo zonas de difícil acceso geográfico con más problemas, o la ayuda llega ya a todas partes?

-”Ante una situación como esta nunca las necesidades están cubiertas del todo, pero la ayuda llega cada vez a más sitios. Ahora el barco enviado por España está cuidando de la gente de la zona de Petit Goave, que quedó destrozada en un 90%. En este lugar no podemos decir que las necesidades estén totalmente cubiertas, pero al menos ya hay presencia; al principio no tenían ni eso. En tan poco tiempo nunca va a atenderse a la gente suficientemente, pero se va avanzando. Nadie puede reclamar aún tener tres comidas al día, pero sí tienen cuidado y atención. Y hay que tener en cuenta también las ciudades no afectadas por el terremoto, a las que han huido los que han quedado sin hogar. Tampoco están preparadas para la llegada masiva de personas en estas condiciones.

-”Ha pasado un mes desde el terremoto, y comienza a desaparecer del primer plano informativo. ¿Le preocupa que se olvide lo que queda por hacer?

-”No me quejo, en España Haití sigue estando presente, en otros países lo está menos. Pero no creo que eso signifique que se olvida la tragedia, porque mucho del trabajo de reconstrucción no se hace en la calle. Se lleva a cabo en los despachos, con los expertos, que son los que tienen que aportar ahora su experiencia. Y se hace también con otros grupos, como los empresarios, que están preparándose para colaborar, para invertir en esa reconstrucción. Mi equipo y yo tenemos multitud de citas para atender a la gente que nos ofrece sus conocimientos, la contribución que pueden hacer a las diferentes necesidades que se plantean ahora en mi país.

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