Cuestión de huevos

Fue un propósito loable, pero no se cumplió. El portavoz del PP, Julio Cayón, abrió el Pleno con la advertencia de que no quería «discutir el huevo, pero sí el fuero», aunque luego las cosas se torcieron. Empezaron a tomar deriva cuando los populares propusieron la congelación de los sueldos del personal eventual de confianza como «gesto de austeridad y buena voluntad cara al ciudadano». «Un 0,3%, como al resto, que en el caso más alto suma 50 euros al año», explicó el edil de Personal, Ibán García del Blanco, quien recriminó a la oposición que no lo anunciara en la comisión informativa y lo cambiara por «una llamada de la presidenta de la Diputación». «Es absurdo; se trata de 20 personas, así que propongo que se aplique la subida y se rebaje de los sueldos de la corporación», planteó el alcalde con el voto favorable de todos.

Pero la cosa no quedó ahí. Nogal diseccionó los presupuestos e interrogó al edil de Hacienda, que no concretó respuestas y se limitó a afear el uso del demostrativo «este» vinculado al sustantivo «área» hecho por el popular. «Se dice esta área, pero se puede decir el área», ilustró.

Se había calentado el alcalde con el PP por la acusación de irregularidad «al figurar en el presupuesto tres concejales con ingresos superiores a los establecidos por la ley»; un error informático admitido y corregido por la funcionaria responsable en la comisión. «Hay que olvidarles porque son el pasado. No pagaban a los proveedores, no consignaban los sueldos. Nosotros somos el futuro», arengó Fernández, mientras algunos de sus compañeros, como Cardo y Canuria, se sentían imbuidos por el síndrome del perrito del 2 CV y no podían dejar de asentir con la cabeza para alabar la intervención de su líder.