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La falta de recursos ralentiza la puesta en marcha de la unidad de fibrosis quística

El responsable del servicio de Salamanca, acreditado también hace un año, asegura que «la autorización parecía algo maravilloso, pero es una cosa de mínimos»

La pediatra Blanca Herrero y el neumólogo infantil Ignacio Ledesma.

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carmen tapia | león
León

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Sólo el esfuerzo personal y profesional hace posible sacar adelante el trabajo de la unidad de fibrosis quística de León, servicio para el que el Hospital está acreditado desde febrero del año pasado, autorización que también consiguió al mismo tiempo el Hospital de Salamanca. La carta de autorización del Sacyl venía acompañada de una advertencia: la puesta en funcionamiento de esta unidad de referencia en la comunidad no tendría aparejado un aumento de la plantilla. La misma observación hacían los responsables del Sacyl al centro de Salamanca, con la diferencia de que el hospital charro tiene prácticamente el doble de plantilla en Pediatría que el centro de León.

Pese a las dificultades, el responsable de la unidad de León, el neumólogo infantil Ignacio Ledesma, la pediatra Blanca Herrero y el alergólogo Santiago Lapeña, han conseguido avanzar en la agilización de las consultas de los doce menores a los que atienden actualmente afectados por la enfermedad. La unidad no tiene una asignación en exclusiva ni de médicos ni de enfermera. Ignacio Ledesma asegura que después de un año «estamos mucho mejor que antes, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Lo ideal es que hubiese una enfermera responsable de la unidad, una coordinadora, algo que no es posible por la falta de personal». El avance positivo es que las familias realizan la mitad de las revisiones en el Hospital de León y reducen sus visitas al Hospital Cruces de Bilbao, centro de referencia para estos enfermos. «Después de un año, estamos en el proceso de coordinar nuestro trabajo con el servicio de neumología de adultos, para avanzar en la asistencia tras la edad pediátrica», afirma Ledesma. Los enfermos necesitan revisiones periódicas unas seis veces al año, y ahora reducen sus traslados a Bilbao, «ahora los vemos cada dos o tres meses en León y el resto de las visitas las hacen en Cruces».

En Salamanca. El responsable de la unidad de fibrosis quística del Hospital de Salamanca, el pediatra especialista en digestivo Antonio Grande, explica que el centro charro tampoco ha conseguido poner en marcha al 100% la unidad en este año tras la acreditación. Salamanca parte, sin embargo, con casi el doble de plantilla que el Hospital de León y los cuatro médicos y dos enfermeras que atienden el servicio, -”tampoco están en exclusividad y comparte el trabajo diario de Pediatría-” «realizan un gran esfuerzo personal» para ofrecer una atención integral, «porque lo más importante son los niños».

La unidad de Salamanca tiene ya distribuidas las tareas en coordinación con los responsables de nutricióm, respiratorio y digestivo, que realizan una consulta al mes para atender a quince menores afectados por esta enfermedad, algunos procedentes de Zamora y Ávila. «Nosotros no hemos trasladado nunca a ningún menor, sólo cuando necesitan trasplante. Nuestro centro de referencia está en Madrid». Salamanca tiene ya coordinado el trabajo con el servicio de Respiratorio de adultos. «pero esto es una pelea personal cada día. Vamos caminando con muchas dificultades. Podríamos decir que la unidad de fibrosis quística está en la fase de empezar a andar. Parecía que con la acreditación esto iba a ser una maravilla, pero es una cosa de mínimos, en precario y a golpe de voluntarismo»

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