Cerrar

Reportaje | l. urdiales

La Diputación, en un río de emociones

Los progranas Añoranza y Raíces pemitirán regresar a emigrantes leoneses en la Argentina o que sus nietos visiten la tierra que los vio nacer y no les dio de comer

Recepción al programa Añoranza del 2009 en la Diputación.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Añoranza y Raíces se ofrecen como contrapunto a la inagotable recopilación de historias de leoneses empujados fuera de sus casas. El gobierno de Isabel Carrasco destina este año 85.000 euros a un acto de desagravio que estaba escrito desde el momento que zarparon los barcos y en el destino que no llegó en la tierra prometida para todos los que se fueron. La Diputación regula ayudas para que vuelvan sobre sus pasos los que un día se fueron animados por el hambre o las ganas de comer, obligados por la necesidad de darse una vida más digna a ellos y sus hijos. El desagravio se dirige a emigrantes, a hijos de emigrantes, nietos y biznietos de emigrantes, a leoneses que no volvieron a su casa o la casa de la abuela porque en los últimos treinta o en los últimos quince años su situación económica se asemeja más a aquella de la que escaparon que a la que habían soñados con conquistar. Añoranza es como se financia la rienda suelta a las emociones para 22 personas con más de sesenta años, aquellas que cruzaron el Atlántico y llegaron a Argentina (donde hay 11..000 leoneses), que hipotecaron la memoria de los suyos por una hora de dignidad y libertad. Pueden incluirse en ese plan de rescate de la memoria aquellos que se fueron y hace más de 15 años que no han logrado medios para volver a León; o descendientes en primer grado de estos, que tengan más de sesenta y cinco años y no hayan pisado la tierra de sus antepasados. La ocasión se prevé para el otoño.

Antes, a finales de julio, se habrá completado una nueva edición del programa Raíces, que abre una ventana a la historia de sus antepasados a los hijos, nietos o biznietos de emigrantes leoneses. 22 completarán la expedición financiada por la Diputación de León en un gesto a mitad de camino entre la humanidad y la justicia. Montarán en un autobús pero no serán turistas; llegarán a un pueblo y no serán forasteros. Los hay que defienden que no hay 85.000 euros mejor invertidos por la caja de caudales de la Diputación de León, Diputación de una tierra rica en historias de gentes obligadas a abandonar sus casas, por motivos económicos, sociales y antojos y caprichos políticos. Una añoranza para todos sería un desagravio universal.

Cargando contenidos...