León bate límites de lluvia con 1.100 litros en cinco meses
La carga de precipitaciones contrasta con la sequía del anterior año hidrológico
Cola del embalse del Riaño en Vegacerneja, con la vieja N-625 como marca del nivel del agua.
La lluvia descubre de nuevo el ciclo hidrológico de León, más enrevesado de lo que explican por encima los libros de texto sobre conocimiento del medio. Azuzada por las precipitaciones, el agua se agolpa a la entrada de las cabeceras de los principales de los ríos leoneses, embalsados sobre valles que duermen el sueño eterno. En tres días, los valores se han multiplicado por cinco. A Riaño acuden cada segundo 128 metros cúbicos (para ponerse en situación del caudal, el doble del torrente de agua que corre por el Bernesga a su paso por León ciudad); las perspectivas para el Luna no dejan de ser halagüeñas, mientras el deshielo precipita el acopio hídrico en el vaso del valle luniego que a mediodía de ayer alcanzaba los 55 metros cúbicos por segundo. La cifra resulta como un maná para la caja de agua que en la última década vive al borde de la precariedad, esquilmada por la sequía. En los mismos límites se mide la aportación de los valles del Porma al embalse de Vegamián.
La lluvia, más machacona que torrencial, más insistente que impetuosa, ha logrado saciar a León de lo que tanto ansiaba en el año hidrológico anterior: de tierra agrietada y polvorienta a nadar sobre los charcos, con charcos en cada esquina, agua a borbotones en los pozos, la capa freática a ras de suelo, ríos como mares; de añorar una gota de agua al «sálvanos señor, que nos ahogamos» se ha pasado gracias a que en cinco meses ha llovido en León más que los doce precedentes. Desde que se inició el año hidrológico hay áreas del territorio leonés que han recibido ya 1.100 litros por metro cuadrado. Si cada mes del año repercutiera en forma de doscientos litros de lluvia o nieve, León se aproximaría a boceto de entorno ideal. De esta forma, con los fenómenos meteorológicos a atracones (en un periodo de medio año asume la lluvia que le convertiría en lugar equilibrado durante 20 meses) se trata de una espacio de sobresaltos: hoy está anegado lo que en abril del 2009 no se podía labrar por causa de un sequía provocadora.
