Una huelga de veinte días amenaza con un colapso de basura en Semana Santa
Los trabajadores del CTR organizan su tercer paro del 22 de marzo al 10 de abril ante el fracaso de las negociaciones con la UTE Legio VII para cerrar el convenio
Trabajadores de la limpieza de la capital retiran la basura amontonada tras la última huelga que fin
Veinte días. Del 22 de marzo al 10 de abril. Será la tercera huelga convocada por los trabajadores del CTR de San Román de la Vega y sus siete plantas satélite, que integran el sistema provincial de recepción y tratamiento de residuos de los 211 municipios de León.
El paro comenzará tras el puente de San José y se prolongará prácticamente una semana después del Domingo de Resurrección. Una huelga que conseguirá, si finalmente no logra paralizarse, bloquear la recogida de los principales ayuntamientos de la provincia, incluida la capital, en unas fechas en las que las procesiones inundan la ciudad y miles de turistas llenan sus calles y hoteles.
Esta nueva movilización fue aprobada ayer por el comité de empresa Legio VII, que ya constituyó el comité de huelga y comunicó la decisión del paro y su calendario a la propia UTE, la Subdelegación del Gobierno y Trabajo.
La convocatoria de huelga fue refrendada tras fracasar el lunes el último intento de llegar a un acuerdo con la empresa con la mediación del Serla. Una reunión a la que no se presentó la UTE y finalizó con acta de no avenencia.
«Desde la última huelga, hace ahora dos meses, no han tenido ninguna intención de solucionar el conflicto; nosotros no podemos ceder más», comentó ayer el secretario del comité de empresa, Fernando Abella, quien explicó que han esperado hasta ahora para convocar otro nuevo paro atendiendo a la petición de Gersul que demandó más tiempo «para arreglar la situación; no querían presión, pero aquí nadie ha movido ficha, el consorcio ha tenido todo este tiempo para presionar y aquí no ha habido nada».
Los cerca de 200 trabajadores del complejo del CTR y sus plantas satélite reivindican, al igual que en las dos huelgas anteriores, el desbloqueo de la negociación de su nuevo convenio, ya que el anterior caducó su vigencia el 31 de diciembre del 2008. No quieren perder derechos salariales y laborales, ya que, recuerdan, las condiciones que ahora oferta la UTE «merman las que mantenían hasta ahora». Dos son los principales caballos de batalla: seguir contando con el plus de antigüedad, que la empresa quiere suprimir, y conseguir que siga siendo el trabajador quien decida entre indemnización o reincorporación al puesto laboral en caso de sentencia por despido improcedente.
El primero de los paros se prolongó durante cinco días en pleno puente de la Constitución, mientras que el segundo duró diez días, entre fin de año y dos jornadas después de la festividad de Reyes, colapsando la recogida de basura.