El comité asegura que la mina de talco de Boñar es rentable y tiene futuro
Los trabajadores denuncian la negativa de la empresa a negociar alternativas para mantener el empleo y la actividad, y a poner en marcha el yacimiento de Cofiñal
El comité de empresa de la mina de talco de Boñar, propiedad de Río Tinto Minerals (antes Luzenac), denuncia que la sociedad se niega a negociar alternativas al anunciado cierre de la explotación y sus plantas de tratamiento. Aseguran, sin embargo, que las razones que esgrime la compañía para cerrar la explotación (de la que vive buena parte de la población de la zona) no se ajustan a la realidad; y que existen otros intereses de la multinacional para acabar con la única planta que produce talco a nivel nacional.
Río Tinto anunció a principios de año el cierre de la mina y las plantas de tratamiento, alegando el agotamiento delas reservas de mineral. Un cierre que se producirá en un plazo aproximado de 18 meses.
A principios de febrero presentó el expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a toda su plantilla, y que se negocia actualmente. Los representantes de los trabajadores tratan de presentar alterantivas para que se mantenga la actividad que sustenta de forma directa a 40 familias de la zona, y de manera inducida a unas 200 personas en toda la comarca. Es su principal actividad económica.
El comité reconoce que la mina actualmente en explotación, Respina, está prácticamente agotada, aunque todavía tiene reservas. Sin embargo, recuerdan que existe un yacimento de reemplazo en Cofiñal, a ocho kilómetros de la explotación actual. Se trata de una mina a cielo abierto que ya cuenta con autorización. De hecho, los trabajadores sospechan que el despido hace dos años del Departamento de Geología de la explotación de Boñar está relacionada con la intención de la empresa de no acometer la nueva mina.
Una decisión que no se justifica porque Cofiñal no sea viable. De hecho, explican, la empresa de diseño de minas Improobras ya realizó para Luzenac un diseño de esta explotación. «Para diseñar una explotación hay que conocer el punto exacto de ubicación del yacimiento y las características del mismo. Cómo que no hay datos concretos y precisos de este yacimiento, como argumenta la empresa».
Anular la concesión. Más allá, los trabajadores reclaman que si Luzenac no hace «viable el yacimiento para el que recibe fondos públicos, tal vez habría que cuestionarse la concesión. Si no quiere darle rentabilidad, quizá haya llegado el momento de anular dicha concesión y ofertarla a otra empresa minera o a una pública, con el fin de rentabilizarla».
En resumen, «las causas productivas alegadas como motivo del cierre no se sostienen», alega el comité de empresa.