Una comarca entera dependiente de la explotación
Los trabajadores de la mina de talco de Boñar recuerdan que con el cierre de las plantas no sólo está en juego el futuro de las 40 familias que viven directamente del talco. «Será un hecho traumático también para los puestos de trabajo indirectos, como los transportistas, reparadores autónomos externos, venta de combustible, comercio, hostelería,... Es decir, pone punto y final a la actividad económica de una comarca ya de por sí deprimida, que sobrevive en torno al talco».
El comité de empresa denuncia que aprobar esta extinción de actividad «significaría ir en contra de las políticas de potenciación de las zonas rurales, de las políticas de integración de la mujer en el mercado laboral (suponen el 28% de la plantill). Y supondría además más envejecimiento y despoblación».
Recuerdan que en la provincia se han vivido ya demasiadas experiencias de este tipo para saber en qué acaban: «Ahí estan la zona de Matallana, Sabero, Cistierna,...».