«Una capacidad elevada no siempre acompaña un rendimiento superior»

No existe un perfil único del alumno con altas capacidades intelectuales, «aunque muestran una serie de parámetros comunes que permiten su identificación específica», según recoge el plan de actuación de la consejería. «Las diferencias son tan amplias que no resulta apropiada la utilización de parámetros fijos y estereotipados. La acusada diversidad de situaciones, rasgos y dimensiones con un dilatado continuo resulta característico de la superdotación», explica.

El documento que constituye la hoja de ruta de la administración para atender las especificidades de este alumnado asume que «una capacidad potencialmente elevada no siempre va acompañada de un rendimiento académico superior». Desde la consejería del ramo reconocen que en muchos casos la sobredotación intelectual va unida al «fracaso escolar» a la marginación y a un «déficit de atención» del alumno, que desarrolla unas capacidades que lo alejan del resto de sus compañeros.

Los programas de intervención de la Junta pretenden normalizar la situación de estos jóvenes. Por eso, la ayuda se desarrolla casi «siempre en el propio centro» y el responsable último de aplicar las medidas acordadas por el psicopedagogo y el departamento de orientación es el profesor.