La lluvia despide a León del invierno y devuelve a los ríos cauces con saña
El Torío en Matallana y el Porma en Camposolillo superaron ayer el nivel de alerta y se esperan registros fluviales crecientes al agitarse el deshielo
El invierno, el del calendario, sale de León con la misma carga meteorológica con la que fue recibido; lluvia. Lluvia, que ya es reiterada (desde octubre se han acumulado más de 1.200 litros por metro cuadrado en algunos puntos de la provincia) y que ha servido para desbordar ríos, sacar de quicio a los arroyos y poner el alerta a varios cauces fluviales. Así entró León en primavera, con el caudal circulante de la montaña central y del Porma a punto de romper los moldes, los ríos azuzados por la lluvia, la precipitada subida de las temperaturas y el viento sur que ha puesto a la nieve a correr ladera abajo con incierto destino así que las crecidas lleguen a la alturas de la ribera. El Torío en Matallana y el Porma en Camposolillo se desbocaron ayer; curso abajo, también se notaba la desmesura del arrastre del agua. En poco más de 24 horas, el frente de lluvia ha dejado más de veinte litros por metro cuadrado, ha teñido los ríos y ha elevado su caudal hasta el límite. En tres semanas, es la segunda riada; en los que va de invierno la cuarta. El Bernesga a su paso por León era presa de este fenómeno de abundancia hídrica con la que se asiste al cambio de estación y se abandona a la primavera a un proceso de deshielo que promete más ríos con saña y agua de sobra donde hace medio año era un elemento escaso y necesario. Este León de los extremos ofrece en las áreas de montaña el mismo contraste, donde se han vuelto a triplicar en solo un día las entradas de agua a los embalses, a los que no les queda más que un empujón para rebosar. Rebosar literalmente. Riaño ya descarga desde hace unos días tres veces más agua de la que le ceden los arroyos de entrada; y todo con más de dos metros de nieve aún en las cumbres. Sólo la previsión meteorológica parece dar una tregua al exceso de agua; puede resultar momentáneo, por el cese temporal de las lluvias, pero evitará de momento que los ríos se carguen en sus cursos medio y bajo hasta reproducir las avenidas fatales que anegaron campos a mediados de febrero.
Aludes. El efecto de la subida de temperaturas se nota en la montaña, donde hay alertas por aludes ante el deshielo.