Reportaje | L. urdiales
La producción maderera del bosque leonés factura al año 40 millones
La provincia duplica en la última década su superfie forestal y eleva el catálogo de terreno arbolado por encima de las 520.000 hectáreas, la mayoría de frondosas
Cabecera de un monte de pinos en la zona norte de León.
León alcanza una nueva conmemoración del Día Forestal en la misma situación de privilegio que expone frente a territorios próximos. Sobra materia prima y faltan medios para aprovechar todos los recursos.
La producción maderera de León supera los 40 millones de euros al año en facturación, según la estimación de datos que maneja la Junta de Castilla y León. La cifra, que puede resaltar en medio de un concierto de crisis en el que vive de forma perenne la provincia, no es más que una porción del potencial forestal leonés. Esos 40 millones de euros no pasan del 20% de las posibilidades reales del monte leonés, sin contar el recurso vegetal, que cada vez tiene más mercado por la vertiente de la energía verde y alternativa a la de fuentes fósiles.
El dinero que pone en circulación el monte de León tiene su punto de inicio en los 27 millones de metros cúbicos de madera que crece en los bosques de frondosas y coníferas, plantaciones extendidas a lo largo de la geografía provincial. Un recurso de materia prima en la que también destaca León al valorar su tesoro vegetal, que se mide desde los mismos elementos de los que dispone la Junta, por cerca de 18 millones de metros cúbicos.
León cuenta con más de un millón de hectáreas forestales en su territorio, una cantidad que no ha dejado de crecer en la última década alimentada por el abandono masivo de la actividad agrícola, la ruina social y económica de la provincia y la progresiva cesión de espacio a la fauna salvaje. La mitad de ese terreno forestal se cataloga de arbolado. Este relanzamiento de la masa de árboles no tiene parangón, al duplicar casi en tres lustros la clasificación del anterior ordenamiento territorial. Crecen los bosques a base de un incremento de las frondosas, con más de 450.000 hectáreas ocupadas en la provincia; mientras que la mancha verde y perenne de las coníferas se expande por una cuarta parte del monte leonés, con algo más de 120.000 hectáreas. El monte Leonés, es a su vez, una quinta parte del de Castilla y León.