El 30% de los enfermos siguen fumando tras el diagnóstico
«El tabaco es un asesino silente», advierte el médico Ángel Díaz. El estudio AdEpocle concluye que el 30% de los pacientes diagnosticados con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica siguen fumando pese a los síntomas casi invalidantes, ya que el 28,2% necesitan conectarse a una máquina de oxígeno en su domicilio para poder respirar con normalidad. «De los que han conseguido dejar de fumar, el 30% han seguido un tratamiento, la mayoría con medidas no farmacológicas». Sólo un 13,4% no ha fumado nunca. «Invertir en dejar de mujer es la medida que más ahorra ya que el tabaco es el factor de riesgo evitable de la enfermedad más importante», explica Díaz Rodríguez, que aconseja a los fumadores a que acudan a su médico de Atención Primaria para que les indique los mejores tratamientos para la deshabituación tabáquica, «debemos formar a los médicos e invertir recursos para destapar esta enfermedad oculta, que consume muchos recursos sanitarios», ya que hasta el 9% de los afectados necesitan 1,81 ingresos al año de media y consumen una media de 3,5 fármacos al día, frente a las 5 pastillas que necesita diariamente un enfermo grave. El buen dato viene de la inmunización porque el estudio demuestra que el 92% están vacunados frente a la gripe y el neumococo. Díaz Rodríguez hace hincapié en la necesidad de un diagnóstico precoz de la enfermedad, la realización de más espirometrías, información a la población de la importancia del tabaco en la aparición de esta enfermedad y en las campañas de deshabituación y tratamiento precoz, «para evitar complicaciones y reducir el impacto».