El Ministerio insiste en que la decisión de una nueva facultad es sólo de la Junta
Salamanca y Valladolid mantienen para el próximo curso el número de plazas en Medicina ofrecidas el año pasado y no creen necesario ampliar la oferta
El Ministerio de Educación descarta que tenga nada que decir a la necesidad o no de abrir una Facultad de Medicina en Castilla y León e insiste en que es la Junta la única que tiene competencias para tomar la decisión. «Si la solicita, nosotros verificamos los estudios y, excepcionalmente, por ser una carrera con números clausus, el Consejo General de Política Universitaria fija el número de plazas que debe tener», aseguran fuentes ministeriales a este periódico.
De idéntica opinión es el Ministerio de Sanidad. La petición del Gobierno es que el número de alumnos que se acepten en las facultades sean los necesarios para ocupar las plazas MIR ofertadas para que no se queden vacantes. En el estudio sobre las necesidades de especialistas elaborado por el Ministerio de Sanidad hace un año se insiste en la necesidad de aumentar proporcional y progresivamente las plazas de las facultades de Medicina. Fuentes del ministerio aseguran a este periódico que desde el año 2004 al 2010 las plazas MIR han pasado en España de 4.000 a 6.149. En la última convocatoria se ofrecieron 6.948 plazas. Castilla y León ofertó 440, 144 de medicina familiar.
Los decanos de las facultades de Medicina de Valladolid y Salamanca dudan de la necesidad de una nueva facultad en Castilla y León. Valladolid no ampliará más plazas académicas para el próximo curso, que mantiene en 190 con una nota para acceder de 8,34 de media.
Salamanca tampoco mueve sus plazas este año y las deja en 215. Para acceder pedían el año pasado un 8,5 de media. «Este año ya no hay tanta demanda de médicos, quizás los cálculos no hayan sido correctos», asegura el decano de Valladolid, Ricardo Rigual, «con las expectativas creadas hasta ahora con los médicos estamos perdiendo a buenos bioquímicos y científicos», asegura.
«Abrir una Facultad de Medicina supone un coste económico enorme», dice el decano de Salamanca, José Carretero, «hay que hacer un estudio serio, a doce años vista, de las necesidades reales».