El PSOE ve una salida para la crisis en la supresión de administraciones
Francisco Fernández reclama a la Diputación y a la Junta que asuman sus competencias y las financien para salvar de la asfixia a las entidades locales
Prietas las filas en torno al discurso y las medidas de recorte de Zapatero, el PSOE leonés no se paró mucho en el papel del Gobierno y prefirió mirar hacia las administraciones provincial y autonómica. El comité provincial socialista se convirtió en un foro para plantear «la supresión de administraciones», desde «un debate sereno del sistema y la situación actual», que le permitió al secretario general, Francisco Fernández, extraer dos sentencias: «La Diputación es un claro ejemplo de que sin una reforma sólo puede desaparecer»; «no cabe la elusión de la responsabilidad, no cabe el partidismo, no cabe la injusticia por parte de la Junta. Ahora, han de demostrar que el estado de las autonomías está bien diseñado, si no es así será el momento para redefinirlo». Un binomio de argumentos hilados desde el partidismo que remató con la reflexión de que «si se suprimen administraciones sería positivo», pese a lo cual no evitó conceder que «sólo la unión de instituciones nos puede salvar a todos».
El informe del secretario provincial giró por completo alrededor de la idea de que «cada institución debe asumir su papel y, por encima de intereses particulares, emprender la búsqueda de una solución global». «No podemos asumir una situación que nos conduce a la práctica quiebra del estado del bienestar y, en ello, se justifican las medidas adoptadas, que deben ir a más», porque «los ayuntamientos se encuentran al borde de la bancarrota, los ingresos han caído de forma abismal en los últimos años y las transferencias son imposibles ante este contexto». Ante este panorama, Fernández abogó por «una unión que requiere asimismo una racionalización tanto de los servicios como de los gastos», puesto que «no podemos duplicar prestaciones, no podemos asumir competencias impropias y no podemos aceptar que quienes tienen estos deberes no los cumplan».
Desde ese punto argumental construyó el ataque hacia la Diputación, la cual «si no resuelve los problemas de los ciudadanos no debe crear más». «No es concebible que una administración no asuma sus competencias, marrones, en palabras de su presidenta, que eluda sus responsabilidad, como en la extinción de incendios, y sea poco más que un gestor político», reseñó el dirigente socialista, para quien la administración provincial, «gestionada por el PP, ha demostrado en los últimos años que el reparto de los fondos es partidista, que las inversiones van más en función del color político que de las responsabilidades, que los problemas se eluden o se tiran por la ventana, que la gestión es cuanto menos claramente mejorable...»
Fernández acudió a los ejemplos de Italia, «que ha suspendido la gestión de 9 provincias», y Grecia, que «ha fusionado ayuntamientos» para resolver que «o las diputaciones asumen competencias, asumen sus funciones, o no podrán dar soluciones a los problemas planteados por los alcaldes, las soluciones reclamadas por los ciudadanos».
No se quedó ahí, sino que subrayó que «la administración autonómica ha de asumir ahora también su responsabilidad». «Ella, que recibe las transferencias y tienen las competencias, ha de saldar la deuda con las entidades locales para garantizar para garantizar los servicios básicos y los proyectos esenciales para los ciudadanos», retó Fernández