El tripartito de Villaquilambre refrenda en solitario el PGOU de los 15.000 pisos
Civiqus cree que el Plan sólo avanza en diseñar un núcleo central de equipamientos, mientras Inpovi ve un afán recaudatorio con los 5 millones de m2 de suelo urbanizable
El Pleno de Villaquilambre dio luz verde a la aprobación provisional del PGOU.
«Lo importante era poner los cimientos y reservar los terrenos suficientes para crear una ciudad compacta, diferente y con una buena calidad de vida». Para el concejal de Urbanismo, Jesús García, así se resume la importancia del Plan General de Ordenación Urbana de Villaquilambre, que ayer superó el trámite de la aprobación provisional, con los votos a favor del Tripartito y la abstención de los dos grupos de la oposición.
El Plan sustituye a las normas de 1993 y dibuja un horizonte hipotético de 46.000 habitantes y hasta 15.258 viviendas en los próximos 25 años. En conjunto, se califican como urbanizables cinco millones de metros cuadrados y se perfila un gran sistema general para aliviar el tráfico a través de una ronda interior desde el nudo de los Hospitales a la Granja. Para crear una malla urbana e intentar superar la división histórica que han marcado las carreteras a Collanzo y Santander, forzando a un crecimiento en línea, el documento concentra los equipamientos en el área central para dar cohesión a las dos zonas.
Además, el concejal resaltó la filosofía que impregna todo el plan, el cittàslow, o ciudad con menos ruidos, respetuosa con la naturaleza y más habitable. De ahí que se potencien las zonas verdes poniendo en valor el río Torío, diseñando un gran pulmón al Norte y con dos parques longitudinales siguiendo el cauce de las dos presas más importantes que cruzan el municipio.
Frustración. El secretario general de Civiqus, Manuel Mitadiel, reconoció sentir «cierta frustración, al perder una oportunidad única de construir una ciudad distinta con el PGOU, integrada en la naturaleza, ya que somos excesivamente continuistas», señaló. Resaltó que el valor fundamental del Plan es convertir la Vegazana en el centro vertebrador de equipamientos, pero calificó de «quimera» la fórmula para financiar los sistemas generales con los desarrollos urbanísticos, ya que «el PGOU nace en un momento económico equivocado en que se pensaba que la expansión iba a ser indefinida y ahora existe una gran incertidumbre».
Por su parte, el portavoz de Inpovi, Manuel García, insistió en que existe un «claro fin recaudatorio al fijar tanto suelo urbanizable», aseguró que el equipo de gobierno iba a «sangrar» a los propietarios de suelo rústico que ahora se designa como urbanizable, «porque no se va a desarrollar ni una quinta parte», y contradijo al alcalde, Lázaro García Bayón, que considerar que el PGOU es la Biblia, «ya que no define los entronques de la León-Collanzo con la Ronda, cómo se elimina la barrera de Feve y no da la importancia que se merece a la carretera de Asturias», matizó.
El concejal de Urbanismo negó que el afán sea recaudatorio, opinó que el momento económico es bueno porque se producen menos tensiones al tener que suspender licencias y destacó que para hacer una ciudad compacta era necesario generar esos cinco millones de m 2 de suelo urbanizable en la zona central. También lamentó que Inpovi no hubiera presentado alegaciones, «ya que tan mal ve el Plan», cuestión que el edil de la oposición respondió diciendo que «no tenía confianza en que admitiesen las alegaciones. De las 429 presentadas, se estimaron el 63%, la mitad de forma parcial.