Un nuevo gaseoducto va a elevar la infrautilización de las gasificadoras
Julio Lago sintetiza el proceso por el que el gas va a acabar lanzado en forma de energía eléctrica sobre los valles vírgenes de la montaña leonesa. Cómo el gas licuado abarata su transporte, cómo se enfría a -165 grados, cómo llega a puerto en metaneros, como va a volver a su estado natural en la planta gasificadora, y cómo se va a transformar en energía eléctrica y va a salir del puerto de Gijón por la autopista de torres, que darán asiento al paso de 800.000 voltios, ida y vuelta. Una atrocidad.
Este sistema cojea. Lo advierte Lago en la redacción del nuevo informe en el que retrata el grado de utilización de infraestructuras gasistas en España. Mugardos, al 35%; Barcelona, al 40%; Cartagena, al 31%; Huelva, al 42%; Bilbao, al 59%; Sagunto, al 62%. «Ahora cabe preguntarse a qué nivel funcionará la de Gijón, cuando ya está claro que la infrautilización de estos complejos industriales se agolpan como argumento contrario a la instalación de nuevos sistemas; así es que no es cierto tampoco el mensaje que emplean los socialistas de Asturias y Madrid para empeñar la construcción», reflexiona el economista leonés.
Con un añadido más. El gaseoducto Medgaz que va a entrar en funcionamiento en el año 2011. «Yo entiendo que el Gobierno no hable de ello, pero la opinión pública debe saber que entrará por Almería el 25% del gas que se va a consumir en España». La nueva competencia no parece que vaya a disuadir a las sociedades promotoras de la planta de gasificadora que forma parte del programa electoral del PSOE para Asturias. La razón, el salto con red de empresas como REE y Enagás. «Tienen asegurado por ley el retorno de la inversión en redes, gaseoductos y plantas de gasificación», recuerda Lago, al prever que la factura eléctrica, la tarifa, correrá con la fiesta de la Sama Velilla.