Las variantes de la alimentación
La crisis triplica la demanda de planta de horticultura en la provincia
Los viveros registran un incremento sin precedentes de productos para cultivar
La crisis está también detrás de ese regreso precipitado a la horticultura, a ese recursos secular de la autarquía alimentaria de los leoneses, desatendida por el furor urbanita, el efecto placebo de creer que el acopio del alimento estaba satisfecho en los lineales del supermercado. En dos años desanduvo la huida de la despreocupación con la despensa. En dos años, la demanda de planta para devolver al huerto a fuente esencial del sustento se ha multiplicado por tres; de forma exponencial en algunos productos de consumo habitual en la mesa leonesa.
Da cuenta de la eclosión horticultura, exagerada durante esta primavera, el principal vivero de plantas hortícolas de la provincia -"sino el único-", un referente en el ciclo inicial del cultivo. «La demanda se ha disparado de forma generalizada entre particulares», confirma Rodrigo González, que está al frente de Los Melgares, un hipermercado de plantón hortícola que acapara todo el proceso inicial del cultivo, desde el germen de la semilla a su momento adecuado para el transplante. La ubicación de este semillero no es gratuita; en plena Vega del Esla, referente agroindustrial de la huerta leonesa, trabaja también para los grandes operadores de hortalizas de la zona. Pero en su cuenta de resultados recoge el momento álgido que el laboreo en el huerto tiene entre los leoneses movidos por la necesidad ineludible de comer, y de comer sano. La demanda de plantas va más allá de la estacionalidad de la primavera y el verano. «Se extiende prácticamente durante todo el año, salvo en un momento concreto del invierno; pero en los dos últimos años se ha registrado un incremento creciente, hasta alcanzar los límites que se han experimentado en los últimos meses, hasta tres veces», concreta el gerente de Los Melgares, suministro también para intermediarios y mayoristas que adquieren en este establecimiento la materia prima que luego comercializan en mercados o tiendas especializadas. El resultado es el mismo; el origen, también.
La otra explicación que se encuentra para el rosario interminable de clientes particulares que tiene este supermercado en las inmediaciones de Valencia de Don Juan está en la adición al movimiento de la comida sana. El sabe usted lo que come lo responden cada día más personas, que han buscado un hueco entre las prisas del urbanita para regresar sobre las costumbres de los antepasados. «Bueno, no cabe duda de que el cultivo es una garantía más de calidad en la alimentación», reconoce Rodrigo González, al frente de un negocio que hace sólo unos años parecía destinado a ser el último reducto de los románticos de la tierra y hoy se encuentra al frente del movimiento del retorno a la autosuficiencia alimentaria; aunque sea con la huerta del abuelo.