Prolongar el reglamento sólo retrasaría el problema

El documento que maneja la Comisión Europea ha analizado también la posibilidad de prolongar el actual régimen de ayudas al carbón otros diez años, sin exigir un plan de cierre. Sin embargo, los encargados de elegir una de las opciones señalan que «las experiencias pasadas han mostrado que la regresividad de las ayudas y las condiciones impuestas son demasiado débiles para asegurar una reestructuración efectiva de la industria del carbón».

El documento enviado al Consejo de Comisarios (entre los que se encuentra el español Joaquín Almunia, responsable de Competencia y al que se ha solicitado que defienda los intereses del carbón nacional) considera que «por el contrario, los estados miembros podrían desviarse del objetivo político simplemnte siguiendo dando ayudas a la produción a minas no competitivas sin un compromiso claro para el cierre. A esto seguiría que las mismas empresas mineras seguirían siendo no competitivas cuando expirara la regulación en diez años».

El memorandum explicativo concluye que «el problema que subyace de la no competitividad no se resolvería, sólo se vería retrasado».

Una situación ante la cual las autoridades comunitarias optan por el cierre del sector en un plazo de una década.