Más ambulantes que nunca

El Rastro es desde hace más de 30 años una seña de identidad leonesa para propios y extraños. Muchos son los turistas que dedican parte de su estancia a este pintoresco mercadillo, así como muchos otros leoneses encuentran en el Rastro la excusa perfecta para salir un domingo por la mañana. De origen medieval, es uno de los mercados más antiguos de la ciudad y ya ha estado ubicado en tres emplazamientos diferentes.

La historia de este tradicional mercado comenzó en la Plaza Mayor, en pleno corazón de la ciudad. Sin embargo, su existencia estuvo marcada por varias «idas y venidas»; por eso, años más tarde, el Rastro se trasladó al Paseo de Papalaguinda, donde permaneció la mayor parte de sus días. En la actualidad, el mercado se ha visto «relegado a un espacio que no es digno para trabajar», como se queja Ricardo Torres, representante de los comerciantes que inauguran hoy «Nuestra Señora del Camino». Y es que desde que el Ayuntamiento de León «arrancó» el mercadillo de Papalaguinda para ubicarlo en la explanada de Clarés, la polémica ha estado servida. Numerosos vendedores aducen que se trata de un lugar a merced de las condiciones climatológicas y, además, las ventas descienden porque «está demostrado que los puestos deben estar colocados en línea recta; es injusto para los que están en el centro», sostiene Torres.

Por esto, y ante una falta de acuerdo con el Ayuntamiento de León, aproximadamente 200 comerciantes del Rastro hacen honor a su denominación de «vendedores ambulantes» para marcharse de Clarés e inaugurar un mercado dominical alternativo en La Virgen del Camino, dado el éxito que cosecharon en las pasadas fiestas, cuando se trasladaron para dejar su sitio al recinto ferial, y el apoyo del alcalde de La Virgen, David Fernández. «No es el Rastro», se esfuerzan en recalcar los vendedores «alternativos»; el mercadillo se llama «Nuestra Señora del Camino», pero aún así, supone una importante escisión para el mercado dominical, aunque «siempre habrá muchos más puestos en Clarés», sostiene Antonio Rodicio, presidente de la Asociación Leonesa de Vendedores Ambulantes. De cualquier forma, los comerciantes del Rastro se dividen, aunque la «apertura» del nuevo mercado cuenta con una particularidad: «También es la feria del ajo en Santa Marina del Rey por lo que hoy estaremos unos 150, pero en sucesivos domingos el número aumentará», puntualizó Torres. Es el último capítulo de la larga historia de uno de los mas tradicionales símbolos leoneses.