Reportaje | PAULA VIDAL
El purgatorio de las «gangas»
Las segundas rebajas arrancan hoy con la esperanza de subsanar el 10% menos de ingresos respecto al año pasado y hasta el 30% desde el 2008
Las segundas rebajas continúan con agresivos descuentos.
Una de las imágenes veraniegas que cualquiera puede tener clavada en su retina es la de gente arremolinada en la puerta de un centro comercial para arrasar con las rebajas. De la misma manera que hoy existe una patología de la prisa, también existe una patología de la compra. Las ganas de vivir más suelen ir emparejadas con las de tener más. Cada vez hay más impulsos psicosomáticos en las razones del consumo, según varios estudios. Figura entre ellas la que el sociólogo Thorstein Bunde llamó gasto de prestigio, que se acentúa en las clases económicamente privilegiadas, pero al que no son ajenas los escalones inferiores, con sus variantes de identificación o superación social. Relaciona al consumidor con sus ingresos, aspiraciones, etc.
Aunque pudiera parecer que en tiempos de crisis el comportamiento de buscar «la ganga» se acrecentaría, lo cierto es que los descuentos en León comienzan ya su segundo mes de vida con más pena que gloria. «Las previsiones se cumplen a la baja; empezaron fuertes la primera semana, las dos siguientes disminuyó progresivamente pero esperamos que remonte», manifestó Alfredo Martínez, responsable del sector de comercio de la Federación de Empresarios Leoneses. «Agosto suele ser un mes bueno en la ciudad; además la llegada de turistas y peregrinos siempre ayuda», recalcó.
Prendas las hay para todos los gustos: dirigidas a gente joven y de edad más avanzada, para modernos y pijos, con marca blanca o reconocida. Aunque en los últimos tiempos, la línea que divide unos establecimientos de otros se empieza a difuminar. Los responsables de las tiendas leonesas coinciden al señalar que cuanto mayor sea la franja de edad, más posibilidad hay de que las ventas aumenten.
Otra de las estrategias para evitar que las prendas queden almacenadas en el interior de las tiendas es adelantar el período de rebajas. Muchos de los establecimientos, sobre todo en los últimos años, se saltan el inicio «oficial» para comenzar en junio con precios muy competitivos que compensen las posibles pérdidas del tiempo de rebajas. De hecho, «las ventas en este período respecto a las del año pasado han descendido entre un 5 y un 10%», señaló. No son buenos tiempos para la moda, y es que, «desde 2008 a la actualidad, las tiendas han ingresado entre un 20 y un 30% menos», subrayó Martínez, que además consideró que «el consumidor está desilusionado y el pesimismo influye en las compras», puntualizó. Un efecto más de la consabida crisis económica, que obliga a agudizar el ingenio y, sobre todo, a bajar los precios. Por ello, las rebajas leonesas son más agresivas que nunca: «Si hay descuentos mayores, incluso del 50% y además en marcas de calidad, la gente se anima más a comprar», manifestó Martínez.
Aunque, claro está, todo depende de los productos que se ofrezcan en cada tienda: «Los estudios aseguran que si tienes lo que se demanda, la crisis no lo es tanto», señaló Martínez. La gente de la calle, los «objetivos» de estos estudios, secundan esta teoría pero haciendo una diferenciación. Demandados o no, los productos dependen directamente de sus marcas y los precios que ellas suelen llevar asociados. Así, las estudiantes jóvenes, habituales clientas de las franquicias con precios asequibles, aseguran que visitan las rebajas pero no por eso compran más porque el resto del año también se lo pueden permitir. En la otra cara de la moneda, las mujeres con alto poder adquisitivo compran en tiendas de marca indistintamente durante toda la temporada, aunque sí es cierto que esos establecimientos ven aumentado su público en la temporada de rebajas.
De todos modos, en las rebajas de verano «no hay tanta aglomeración», explicó Martínez, aunque este año la primavera tampoco colaboró con las ventas «a causa del mal tiempo», matizó. A pesar de que en años anteriores las rebajas constituían un gran reclamo y generaban puestos de trabajo, las tiendas leonesas coinciden en señalar que no han aumentado la plantilla para afrontar el período de descuentos.
La nueva etapa de segundas rebajas empieza con «ganas de limpiar toda la mercancía y comenzar el otoño», tal y como explicó Martínez. Los últimos descuentos se ven relegados a un segundo plano conviviendo irremediablemente con la nueva temporada que hace «picar» a los clientes, como aseguran los propios dependientes. Sentimiento inequívoco de que las rebajas de este verano dejan en dueños y consumidores un sabor más agrio que dulce y una duda latente sobre el futuro de la moda en tiempo de crisis.