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El leonesista Isidoro García decide no presentarse a las próximas elecciones

El actual concejal de Obras y socio de gobierno del PP se retira de la primera línea política tras 30 años

Isidoro García, en la sede de la Unión del Pueblo Leonés.

Isidoro García, en la sede de la Unión del Pueblo Leonés.

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pilar infiesta | sariegos
León

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El concejal de Obras y primer teniente de alcalde de Sariegos, Isidoro García, ha decidido retirarse de la primera línea política y no se presentará como cabeza de lista de su actual formación, la UPL, en los próximos comicios. Según reconoció, «es hora de dar paso a otros compañeros, con nuevas ideas y un nuevo empuje. Yo ya he atravesado numerosas batallas y aspiro a vivir más tranquilo y dedicarme a mi empresa».

García lleva en la política activa desde 1980, fecha en la que ingresó en el PSOE de San Andrés del Rabanedo y en el sindicato UGT. Su incursión en Sariegos se produjo en el 2003 de la mano del desaparecido partido Ciudadanos Unidos de León (Ciule). Dos años después se integró en UPL, formación de la que fue candidato en el 2007, tras el cambio de siglas del entonces regidor del municipio, Ismael Lorenzana, que abandonó la UPL para pasar al PP.

Precisamente García pactó al inicio de este mandato su apoyo a los populares liderados por Lorenzana (cinco concejales). Sin embargo, sus diferencias con el regidor pronto saltaron a la luz y provocaron un amago de moción de censura en otoño del 2008, con participación de los dos ediles de Sariegos Despierta y los tres del PSOE.

Cambio de sillón. Es más, su negativa a continuar respaldando la gestión del alcalde por su supuesta falta de talante forzaron, en parte, la salida de Lorenzana del sillón de mando el 9 de diciembre de ese año. Un gesto que salvó el acuerdo PP-UPL y que dio entrada en la Alcaldía al popular Juan Carlos Hidalgo el 19 de enero del 2009.

El proyecto estrella que ha defendido en los últimos años el edil de Obras es la construcción de 82 viviendas sociales en Azadinos, pueblo del que es pedáneo, y Carbajal de la Legua, para fijar población ofreciendo a los vecinos del municipio chalés a un precio asequible. García reconoce que la política de proximidad «es complicada» y asegura que, tras tres décadas, le apetece «respirar».

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