Al límite de la helada

Vuelve el León de los extremos; en una semana ha pasado de mínimas de 20 grados, noches calurosas hasta en el historial del agosto leonés -"el más costumbrista de la chaquetina, por si refresca-" a colocar el termómetro en la puerta de entrada a la helada. La última noche se desplomó el mercurio a 1 y 2 grados positivos en muchos valles de la mitad norte de León. Noches dedicadas a las verbenas que multiplican la fiesta por la provincia en mitad de agosto congeladas con el empuje del viento del norte, que transmite sensaciones térmicas propias de otra estación, más próximas por lo menos a la que viene, demasiado alejadas del otoño. El frío León pasa en el mismo día del jolgorio del sol, atenuado desde hace unas jornadas, al borde de la congelación, como en un tobogán, de 26 grados en la siesta, al grado o dos grados del anuncio del alba.

La invasión del frío permanece durante las horas de luz; por ejemplo, para este domingo se esperan temperaturas tan impropias de mitad de agosto como los 19 grados de máxima que calcula la predicción para la zona centro de la provincia.

Hay abismo para la temperatura; no aparece la misma versión con la precipitación, desconocida en una cuarentena que se escapa también a los valores medios en un verano muy cálido -"hasta ahora-" y que comienza a forzar ya paraje polvorientos, castigados por la necesidad de lluvia.

Con esta reversión se declara finalizada la ola de calor, que se expandió ofensivo en las dos primeras semanas de agosto. Lo proclaman los meteorologos, cargados de prestigio durante este año a base de clavar las predicciones en el resultado de las borrascas, los frentes fríos, las corrientes cálidas; las nevadas y la canícula estival. La lluvia con una semana de antelación o el frío en partes avanzados a la hora de sufrirlo.

No habrá agobio, pero se recuperarán las temperaturas a partir de mitad de semana hasta devolver el tiempo a la altura del calendario. No aparece en el horizonte de la previsión referencias de lluvia. Ese es otro de los fenómenos extraordinarios que padece León durante el estío. Nunca pasaron de largo de este territorio tantas borrascas; nunca tantos frentes amenazaron con dejar lluvias para refrescar el ambiente alejados finalmente por la influencia del anticiclón que sigue inamovible, con la provincia en el emparedado de las descargas tormentosas del este y las borrascas atlánticas. Y sin recibir una gota de lluvia.