Se duplican en tres años los casos de menores atendidos en servicios sociales
Dentro del Programa de Intervención Familiar del Ayuntamiento y la Junta se han tratado 94 casos durante el primer semestre del año, el doble que en el 2007
Entre 2007 y 2010 se ha duplicado el número de menores atendidos por los equipos técnicos del programa de ayuda a las familas del Ayuntamiento de León. Dentro del Programa de Intervención Familiar (PIF), dependiente de la Concejalía de Bienestar Social, en el primer semestre se han contabilizado más intervenciones con menores que durante todo el 2007. Si en aquel año se registraron 92 intervenciones, hasta junio del presente ejercicio se han registrado 94. Según los trabajadores, el ritmo de trabajo se mantendrá, lo que hace prever que los casos atendidos se acercarán a los 180.
El Programa de Educación Familiar arrancó en octubre de 1996, aunque antes se realizó una experiencia piloto en el Consejo de Acción Social de Barrio de Mariano Andrés. Dos años más tardes se empezó a colaborar con la Junta. Desde 1998 cerca de 350 niños y adolescentes de 176 familias han sido incluidos en este programa en el que colaboran la Concejalía de Bienestar Social, y la Sección de Protección a la Infancia de la Junta para garantizar la unidad convivencial de los hogares con problemas para cubrir las necesidades básicas de los hijos menores. El procedimiento es doble: en ocasiones los trabajadores de los Centros de Acción Social (Ceas) detectan un caso de riesgo de desprotección y lo remiten a la Junta para que determine si hace falta intervención, otras veces la Junta remite casos que ya tienen abierto expediente de protección para que los servicios municipales lo incluyan en el programa y se ocupen de la familia.
El incremento de la actividad de los tres equipos técnicos de la ciudad -”integrados por dos educadoras sociales y una psicóloga-” ha elevado hasta 26 familias la media anual de actuaciones con casos derivados por la Junta y hasta casi 18 las intervenciones de casos detectados directamente por los ceas municipales. Este aumento se debe al incremento de los recursos destinados al programa en los últimos año y a la optimización de la organización con el aprovechamiento de las sinergias entre los distintos servicios implicados. «Contamos con más recursos, hay más casos detectados, más precozmente con repuestas más eficaces», asegura la psicóloga de uno de los equipos.
La duración del programa es de 18 meses, dos años de acciones más seis meses de seguimiento. Sin embargo, son programas muy intensivos, que requieren de varias sesiones semanales y que suelen desarrollarse principalmente en los domicilios de los afectados.
Las sesiones con los padres son terapéuticas o de formación, dirigidas a mejorar las habilidades educativas para desenvolverse adecuadamente en el cuidado y educación de los hijos. Los objetivos que se deben ir cumpliendo son diseñados específicamente para cada caso. Cada intervención sigue un formato particular que incluye una lista de objetivos que se deben ir cumpliendo con el trabajo de los educadores y psicólogos. Una vez cerrados los objetivos, el menor cuenta con las garantías suficientes para residir en el domicilio familiar.