Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Agradecer y respetar

Desde este medio, decano de la prensa escrita, quiero una vez mas dar mi opinión al trato y profesionalidad que he experimentado veinticuatro horas que estuve de paciente en el complejo hospitalario de León, Princesa Sofía, planta sexta. En este caso no sólo serán guiños sino algún pellizco. Para los facultativos y su séquito de enfermeras y auxiliares —un total de 29 para tres turnos, me supongo— un sobresaliente, sin olvidarme del resto de los servicios que también lo realizan personas con su merecido mérito. Con las que más aprecio amistoso cogí fue con Emma y Patricia. Las atenciones fueron exquisitas y el resto de compañeras sin lugar a duda no lo harían peor, pues también lo bueno se copia para estar todas a la altura de las circunstancias, saber estar, saber por qué se está y a lo que se está, es una labor la vuestra que se merece el máximo respeto, yo por lo menos así lo veo.

Una de las citadas enfermeras llegó a tener la delicada atención de hacerme la cura de otro tipo de patología que me era necesario hacer pero que no tenía relación alguna de lo que yo estaba intervenido. Al mismo facultativo que pasaba visita ese día le pareció bien.

Hay que decir que estos detalles no se olvidan nunca. Por eso, cuando se oye a algunas personas hacer comentarios del continente o del contenido y su funcionamiento, siento cierta rabia al escucharlos, porque hay argumentos suficientes para taparles la boca y el contestarlos sería una falta de ética y aún contestando yo creo que me asistiría toda la razón. Por eso de que cada uno es libre y puede opinar, está en su derecho....

Hasta aquí lo dicho. Ahora quiero hacer relación a los eslóganes «Espacio de salud», «Espacio de respeto». Éste último deja mucho que desear y voy a citar algunas consideraciones. Me sigue llamando la atención los tableros de anuncios donde se cuelgan no sólo notas de interés interno, sino también de anuncios de personas ajenas al centro anunciando: vendo piso, alquilo, ofertas y demandas que se pueden originar.

Lo que ya me sacó de mis casilla fue ya no sólo los trípticos que están encima de las mesas de las salas de visita ofreciéndote personal para acompañar, o asistir al paciente por circunstancias, sino que hay personas que en el pasillo y en voz alta le están vendiendo la moto a los familiares del enfermo porque están preparadas para atenderles y los familiares que se pueden ir a descansar. Es muy fuerte estar con un familiar y que una personas trate de convencer a cualquier otra y me imagino que no sería voluntaria, por lo que pude oír y el enfoque de daba al asunto, asunto grave, sin ética, sin respeto y deshumanizante, pisoteando los valores humanos que por desgracia están brillando cada día más por su inexistencia y así está esta sociedad. La historia se repite. ¿Cuándo se repetirá lo de poder usar los valores humanos? Muchas gracias y un atento saludo.

Francisco Panero. León

En autobús a 39 grados

El motivo de mi escrito no es otro que poner una queja como habitual usuaria de la línea de autobuses entre la plaza de Santo Domingo y la clínica Altollano, ya que llevamos varios dias viajando a 39 grados de temperatura y esto me parece una auténtica vergüenza y un peligro para los usuarios, en muchos casos gente mayor, ya que incluso he tenido conocimiento de que algun conductor se ha encontrado mal, sufriendo e incluso con vomitos... Me pregunto qué ocurriría si al conductor le da un bajon de tensión. Están esperando que ocurra algo grave para buscar soluciones. Me parece brutal estar en el turno de tres de la tarde a diez de la noche a esa temperatura. Seguro que en la oficina si funciona el aire acondicionado. Gracias y espero que publiquen esta queja para que quien tenga que tomar cartas en el asunto lo haga.

Mari Carmen García. León

Cargando contenidos...