Diario de León

El niño al que un accidente dejó vegetal requiere 10.000 euros al mes en médicos

El letrado de la familia calcula que con los 349.000 euros que ofreció la aseguradora como indemnización inicial «sólo se podría asegurar su vida hasta los 20 años»

Aspecto de una fachada de una de las delegaciones de Mapfre, responsable civil en este caso.

Aspecto de una fachada de una de las delegaciones de Mapfre, responsable civil en este caso.

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Las atenciones médicas que exige el niño que quedó en estado de conciencia mínima a raíz de un accidente de tráfico en Quintanilla de Sollamas en septiembre del 2006 se acercan a los 10.000 euros, según informó ayer Ángel Armesto, letrado que encarna la defensa de los intereses de la familia del menor.

«La indemnización parece muy alta, pero si alguien cambia a un hijo por dinero... Marcos nunca va a poder correr, todo lo más que podrá conseguir es comunicarse a través de la lengua y los ojos. Es un cerebro encerrado en un cuerpo, pero sufre, se estresa y se pone contento».

El pequeño permanece postrado en una cama desde que el 17 de septiembre del 2006 el vehículo en el que viajaba se estrellara contra una casa, en un accidente de tráfico a resultas del cual otro pasajero murió y dos más resultaron heridos. El Juzgado de Instrucción número 1 de Astorga dictó recientemente una sentencia por la que se establece una indemnización de 8,5 millones a favor del pequeño, que deberá satisfacer Mapfre como aseguradora y responsable civil directa. La novedad judicial del fallo estriba en que se trata de la primera vez que en España se exige una compensación por los gastos de futuro.

Según Armesto, inicialmente se ofreció una indemnización de 349.000 euros. «Con eso habría alcanzado para cubrir sus atenciones hasta los 20 años, y ya tiene 16. Después ofrecieron 1.100.000 euros, pero había que descontar de ahí la parte que ya habían avanzado y se quedaba en algo más de 700.000 euros. Sólo en rehabilitación, la factura ya importa más de 3.000 euros mensuales.. El padre del crío tuvo que cambiar de trabajo, la madre ha perdido el suyo y en el caso de los dos, ha sido por atender a su hijo. Estamos hablando de un chaval que pesa 80 kilos y que mide ya cerca de 190 centímetros. Lo que no puede pretender la compañía es ahorrarse dinero a costa del esfuerzo de la familia. Los padres quieren atender al niño en todo lo que puedan, pero lo suyo es que eso lo hagan profesionales», explicó Armesto en conversación con este periódico.

«Hubo un momento del juicio en el que también exigían que la Seguridad Social se hiciera cargo del tratamiento, pero no hay especialistas en neurorrehabilitación, ni neuropsicólogos ni expertos en recuperación del daño cerebral. Por eso se ha pedido la cuantía que refleja la sentencia, que es justa».

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