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Limando las desigualdades

El Programa de Integración Social de la Diputación trabaja para evitar la exclusión de los colectivos más desfavorecidos de la provincia; el pasado año las ayudas de este plan llegaron a 700 pesonas

La presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, en una exposición contra la pobreza en el Palacio d

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León

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El Programa de Integración Social puesto en marcha por la Diputación es una iniciativa que tiene como finalidad prevenir la exclusión social y sus causas, así como facilitar los mecanismos necesarios para promover la participación y la integración de las personas o los colectivos más desfavorecidos.

Durante el pasado año, pudieron beneficiarse de las diferentes ayudas que se enmarcan dentro de estos programas alrededor de 700 personas de toda la provincia. Estas personas son atendidas por profesionales como trabajadores sociales, animadores comunitarios, orientadores laborales y psicólogos

La institución provincial lleva a cabo esta ayuda a través de los distintos CEAS de la provincia. Los principales destinatarios son personas que no tienen ningún tipo de ingreso mínimo de subsistencia o que se encuentren en situación de precariedad socioeconómica; personas o grupos pertenecientes a sectores específicos de población que se encuentran más afectados por la exclusión social, como la población transeúnte o sin techo, los inmigrantes, ex reclusos, minorías étnicas como la comunidad gitana o mujeres con cargas familiares en situación de pobreza extrema y jóvenes con expedientes de protección o medidas judiciales por haber cometido alguna infracción.

Con problemas. Además, pueden recibir esta ayuda los grupos desfavorecidos que residen en zonas segregadas y afectados por problemas de exclusión y sectores con carencias importantes en ámbitos como el económico, socio-educativo, vivienda, empleo o salud.

Las actuaciones que se realizan en el marco de estos programas, y en las que más se ha trabajado desde la institución provincial, se dirigen a garantizar el estudio de los procesos de inclusión social de las personas beneficiarias del Ingreso Mínimo de Inserción y mejorar la tramitación de los expedientes; a facilitar la inserción laboral de personas sin empleo o en situación de riesgo de exclusión; incrementar la competencia laboral de los destinatarios mediante una adecuada planificación; mejorar la calidad de vida de la población gitana con actuaciones específicas para este colectivo y facilitar la integración de los inmigrantes.

El objetivo final es fomentar el número de programas destinados a estos colectivos, capacitarles para que puedan utilizar los recursos de los que se beneficia el resto de la sociedad y mejorar su calidad de vida, entre otros.

En los últimos años, el número de solicitudes tramitadas para la prestación del Ingreso Mínimo de Inserción (IMI) se ha ido incrementando progresivamente.

Además, cabe destacar que el número de mujeres que solicitan la prestación es muy superior al de los hombres.

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