El concejo vecinal explica que «los problemas son paro y drogadicción»
La Asunción, como otros barrios de la ciudad en los que ha habido polémica por la diferencia de criterios a la hora de enfrentarse a un proyecto o una actuación concreta, cuenta con dos asociaciones. Junto con el colectivo que preside Ofelia Gutiérrez convive el concejo de vecinos creado, en noviembre del pasado año, a partir de la lucha con la que se impidió que se colocara una antena de telefonía en el número 151 de la avenida Mariano Andrés y otra en el 1 de Sentiles. Un conflicto que empujó al Ayuntamiento a revisar la licencia y descubrir que había caducado, pero que también supuso la escisión del movimiento vecinal.
El concejo vecinal ha mantenido desde entonces una actuación al margen en la que no coincide con el otro colectivo, ni en reivindicaciones ni en propuestas. Tampoco en la reclamación de más presencia policial, según subraya el portavoz del concejo, Carlos Peña, quien explica que «antes del verano sí que se produjeron incidentes», pero asegura que «ahora la zona está bastante tranquila». «Se puede pasear a cualquier hora por el barrio sin que nadie asalte a nadie ni se sienta miedo», reseña.
Los problemas del barrio, según Peña, no son tanto la falta de seguridad como «el paro y la drogadicción, derivados de la situación económica y social que se está viviendo». Unos obstáculos que intentan atenuar con una serie de propuestas que ha presentado al Ayuntamiento, como un programa de arteterapia, sin que todavía hayan tenido respuesta alguna por parte de los responsables del equipo de gobierno.
Entre las reclamaciones, Peña ha trasmitido al consistorio la necesidad de colocar «unos postes en el parque para que se pueda jugar al voleibol el grupo de inmigrantes que, sobre todo los fines de semana, se dan cita allí, pero sin meterse con nadie ni causar ningún tipo de problemas».