operativo especial
Polvo eres, pero antes cenizas
Las incineraciones se suceden ya en uno de cada tres casos, avivadas por la crisis que lleva a escoger las ventajas económicas que supone frente a los sepelios
La incineración del cadáver es una práctica cada vez más frecuente en España, y también en León. La crisis económica ha llevado a muchas familias a optar por esta opción que reduce el coste que suponen las pompas fúnebres al estilo tradicional. Así, las cremaciones han conseguido ganar terreno en la Comunidad Autónoma en los últimos años a los sepelios en los que el cadáver recibe sepultura bajo tierra. Se trata de una elección por la que ya se decantan tres de cada diez fallecimientos, según los datos que maneja el sector, informa Ical. Un crecimiento que no impedirá que hoy el cementerio de Puente Castro, así como los camposantos de los otros 1.402 pueblos de la provincia, se llenen de familiares y amigos que cumplen con el ritual convencional de honrar a los difuntos.
En 1973, cuando habían transcurrido nueve años desde que la Iglesia había levantado su veto a las incineraciones, 44 españoles optaron por la cremación. En 1983, diez años después, la cifra había ascendido a 500, y una década más tarde, en 1993, el número era diez veces superior (5.000). Asimismo, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) calcula que en la Comunidad esta cifra representa el 30%, pese a que en las poblaciones de menor tamaño su porcentaje ronda el 20 %, mientras en ciudades como Sevilla, Málaga, Alicante y Palma de Mallorca, se acerca al 50%.
La crisis económica también está afectando a las empresas funerarias. Así, el presidente de Panasef, Juan Vicente Sánchez Araña, manifestó que «las familias están reduciendo sus gastos en esquelas y en coronas de flores debido a la crisis que está sufriendo el país. La crisis también se hace notar en las cremaciones, que continúan creciendo ya que una práctica más económica que el entierro tradicional», dijo. Además, añadió que la organización recomienda a sus socios que mantengan los niveles de calidad que ofrecen habitualmente para dar el último adiós a los seres queridos.
«Para nosotros, la atención a las familias que están viviendo una situación muy difícil cuando acuden a nuestras instalaciones, es muy importante. Para ello, desde Panasef, nos preocupamos porque nuestros profesionales estén preparados psicológicamente ya que, en numerosas ocasiones, los empleados de las funerarias nos tenemos que enfrentar a situaciones muy difíciles». Por ello, también defendió la profesionalidad del sector y rechazó el intrusismo y la falta de profesionalidad.