Formar tecnológos, entre los déficits de la supercomputación

Los directivos de los centros de supercomputación españoles están preocupados por la escasez de tecnólogos «con formación suficiente para sacarle rendimiento a estas herramientas» tecnológicas, según explicó ayer en León Javier García Tobío, presidente de HP Cast-Ibérica y del Centro de Supercomputación de Galicia. La Escuela de Ingeniería Industrial e Informática de la Universidad de León acoge hasta hoy el tercer Encuentro de Usuarios de Alta Computación Científica, que reúne a los responsables de siete de los centros de supercomputación operativos en el país, y a cuatro de los fabricantes de componentes para estas herramientas.

La jornada se inició ayer con una sesión abierta (por primera vez en la historia del encuentro) a estudiantes y profesores, en la que intervino el doctor Frank Baetke, investigador en arquitecturas de supercomputación.

García Tobío explicó que el objetivo de estas jornadas es «compartir experiencias y preocupaciones, máxime en un momento como el actual, en el que la crisis también afecta a la investigación y a la supercomputación». Entre las principales preocupaciones del sector en este momento está la educación: «Hacemos un llamamiento a las universidades para aportar mano de obra especializada a nuestros centros, y que así puedan cumplir su misión».

Pero estos centros también persiguen la eficiencia energética, y ahí el Centro de Supercomputación de Castilla y León es una referencia.

Así lo reconoció el vicrepresidente de HP Cast-Ibérica y director del Centro de Supercomputación de Castilla y León (con sede en la Universidad leonesa), Luis Muñoz.

Muñoz insistió en la necesidad de que los superordenadores (con una capacidad de cálculo y simulación muy superior a la de cualquier otra herramienta) dan de momento servicio a «una comunidad más bien local», por lo que abogó por salir fuera de las autonomías.

También apostó por implicar en mayor medida a la empresa privada en estos proyectos. «Si existe un problema es el excesivo peso de la investigación pública, cuando el mundo de la empresa necesita cada vez más de este tipo de tecnología, que permite ahorros de tiempos y plazos para la investigación muy importantes. Esta es a la vez una carencia y una oportunidad, tenemos que conseguir que los centros de supercomputación sean una herramienta productiva no sólo para la administración pública, sino para las empresas».