Los trabajadores de la basura afirman que aún no se garantizan sus salarios
El tripartito desecha usar el canon del agua para abonar la deuda a la concesionaria
Manuel García gesticula durante su intervención en el pleno de ayer.
Los trabajadores del servicio de limpieza viaria y recogida de basuras consideran insuficiente el acuerdo que adoptó ayer el Pleno del Ayuntamiento de Villaquilambre para abonar parte de la deuda que el Ayuntamiento mantiene con la concesionaria del servicio de basura, que supera los dos millones de euros, y que ha probado que los empleados no cobren su salario de octubre además de una extra que se les paga ese mismo mes.
En sesión extraordinaria, el tripartito levantó con sus votos y la abstención de Civiqus e Inpovi del reparo de la Intervención municipal al abono de una factura a la Seralia, por importe de 123.383,44, ante la falta de consignación presupuestaria que dio origen al conflicto. El secretario provincial de la Unión Sindical Obrera (USO), Antonio Nicolás, calificó ayer la medida como una «buena intención con la que los trabajadores no pagan la hipoteca», criticó al equipo de gobierno de Lázaro García Bayón por incumplir el acuerdo alcanzado el 18 de octubre con la concesionaria gracias al arbitraje del Servicio de Relaciones Laborales de Castilla y León (Serla) y anunció que el lunes Ayuntamiento y Seralia conocerán una nueva convocatoria de reunión del Serla.
Antonio Nicolás recordó que ante la mediación del Serla, el Ayuntamiento se comprometió a pagar el canon del servicio mensualmente, «único medio de asegurar el pago de los salarios y de los seguros sociales». Añadió que el pago acordado ayer no garantiza los pagos de las nóminas de noviembre, diciembre y la extra de Navidad y señaló que si el tripartito no logra financiación para garantizar los pagos se irá a la huelga.
Sin consignar. En cuanto al debate plenario, la concejala de Hacienda del Ayuntamiento de Villaquilambre, Milagros Gordaliza, se escudó en el retraso que sufre el Plan de Convergencia de la Junta para justificar el impago de los seguros sociales y de las nóminas a los empleados del servicio de basura y se aprobó la medida que permitirá a los trabajadores cobrar antes del miércoles.
La Gordaliza indicó que ya cuando se aprobó el presupuesto para este ejercicio se indicó ante el Pleno que la partida era insuficiente para afrontar los pagos a la adjudicataria del servicio, Seralia, ya que el equipo de gobierno confiaba en hacer frente a sus obligaciones en esta materia gracias al Plan de Convergencia de la Junta, que cuenta con fondos de la comunidad autónoma y del Estado y que «puede destinarse a afrontar el gasto corriente de los municipios».
«Asumo la responsabilidad que tengo. Se ha visto que ésta no era la mejor solución», admitía la edil. Ante estas explicaciones el concejal de Inpovi, Manuel García, acusó a la delegada de Hacienda de «echar balones fuera». «No te crees ni tus mentiras», le espetó. Para el concejal, esperar al Plan de Convergencia para completar el presupuesto de la basuras supone administrar «haciendo las cuentas de la vieja» y señaló que haber suprimido los cuatro puestos de personal de confianza supondría «deber 700.000 euros menos a Seralia».
Propuesta rechazada. La liquidación de los presupuestos de ejercicios anteriores sirvieron al líder de Civiqus, Manuel Mitadiel, para sustentar su tesis de que la deuda con la concesionaria podía haberse saldado hasta llegarse a este ejercicio «en el que se presupuestan 750.000 euros pese a que el contrato del servicio asciende a 1,5 millones. ¿Por qué no reconocieron los gastos a pesar de la existencia de crédito? ¿Es esta una crisis provocada con la intención de llegara a esta situación?»
Civiqus acusó al equipo de gobierno de haber elegido la opción «que más problemas legales plantea» al municipio y propuso «destinar parte del canon del agua, por el que se han incorporado 3,3 millones» a terminar con el problema del servicio en lo que resta de año.
El tripartito no aceptó la propuesta al haber comprometido ya estos fondos para realizar otros pagos. El debate alcanzó su momento más tenso cuando Gordaliza, que rebatía los argumentos de la oposición recriminó al secretario de la corporación, Miguel Hidalgo, por reírse mientras intervenía. El funcionario negó el hecho tajantemente, dirigiéndose al alcalde.