Salmón o ratón, pesa la credibilidad

Frente a la crisis y a la revolución tecnológica que obliga a los medios de comunicación económicos a replantearse su futuro, sólo cabe responder con «redacciones con criterio, experiencia y perspectiva, con periodistas respaldados por sus editores». Es una de las fórmulas planteadas ayer por Ángel Boixadós, presidente de la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), durante el debate ¿Del salmón al ratón? La prensa económica en España. Un presente probado, un futuro pendiente , organizada por la Fundación Monteleón.

Boixadós, durante la introducción del debate, destacó que «gestionar periodistas no es tarea fácil, exige liderazgo inteligente, firme y sutil, un diálogo permanente. Eso es lo que da dinamismo a las redacciones, mientras que en caso contrario, la decepción entre los periodistas se transmite al producto, y eso acaba pasando factura. La información de calidad sólo se consigue invirtiendo en las redacciones».

En el debate, centrado en los retos del periodismo económico, tanto desde el punto de vista de la credibilidad como de los nuevos canales de comunicación, participaron también Miguel Ángel Noceda, de El País, Amancio Fernández, que ha desarrollado su carrera en ABC y es director de diarioabierto.es y Jesús Martínez de Rioja, que ha dirigido durante años el diario económico Expansión. La mesa redonda fue moderada por el director de Diario de León, Pablo R. Lago, quien abogó por incidir en la formación, la credibilidad y la información de calidad como ingredientes para afrontar el momento actual de los medios de comunicación, especialmente los escritos.

Antes del debate, Ángel Boixadós defendió la necesidad de que los profesionales preserven el secreto profesional. «Es el periodista quien tiene que sopesar la fiabilidad de sus fuentes, independientemente del deber de contrastar»; porque, explicó el periodista, «no acertar significa perder la credibilidad», y ese es el mayor activo de los profesionales.

Sin embargo, el presidente de la Apie defendió «el derecho a equivocarse» de los periodistas, y argumentó que judicializar lo publicado sólo responde a un deseo de controlar la información.

A este respecto, todos los participantes en la mesa redonda se mostraron contrarios a los distintos intentos que han surgido de poner bajo control la información económica, especialmente financiera, que publican los medios. Los especialistas en información económica defendieron la necesidad de que los lectores conozcan en la mayor medida posible la realidad, para que puedan tomar sus decisiones.