Diario de León

Custodia quiso ser Ángela

Ochenta personas han tramitado en tres años un cambio de nombre, frente a los diez ciudadanos leoneses que decidieron modificar el orden de sus apellidos

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carmen Tapia | león
León

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Custodia quería ser Ángela y Nazaret María del Carmen. Son dos de las ochenta personas residentes en la provincia de León que han tramitado los expedientes desde el año 2008 para que el registro recoja el nombre que las identifica, la que tiene el uso más extendido y por la que son conocida por sus amigos y familiares, y no la que el día de sus nacimientos quedó recogida en los papeles oficiales. Ochenta personas quieren modificar en el DNI su nombre oficial porque no se sienten identificadas con él. En el registro hay muchos menores adoptados. La mayoría de las familias optan por cambiar los nombres con los que se les registró en sus países de procedencia. Veintitrés de cada mil leoneses se llaman Manuel, el nombre más común en la provincia, según los últimos datos del INE. En la lista de los cincuenta más puestos está en segundo lugar José y después Antonio. Entre los nombres femeninos triunfa en primer lugar María del Carmen. Sesenta y cinco de cada mil mujeres llevan este nombre en León, seguido de María y María Ángeles.

Historias. En los libros del registro aparecen números de expedientes que ocultan historias y motivaciones personales. Un escueto «cambio de nombre» o «cambio de apellido» queda registrado como petición. Pero el papeleo es farragoso. El proceso se alarga varios meses y los solicitantes tienen que acreditar con testigos que su petición se sostiene por el uso habitual. El mismo que siguen las personas que quieren cambiar el orden de sus apellidos. Diez ciudadanos de León lo han solicitado desde el año 2008. Es poco frecuente aunque es más habitual que los tres anuales de media de familias que optan por colocar en primer lugar el apellido de la madre. El apellido más frecuente en León, según el INE, es Fernández, seguido de García y González. En el último lugar de la lista de los cincuenta más comunes está Hernández.

El Gobierno se replantea ahora su propuesta inicial de utilizar el orden alfabético para colocar el orden de los apellidos de los recién nacidos en las parejas en las que no haya acuerdo. En lo que no cederá el Gobierno es en eliminar la supremacía del apellido paterno. Con la ley en vigor, los progenitores pueden escoger el orden de sus apellidos pero, si no hay acuerdo, es el del padre el que siempre va delante. «No es justo ni igualitario. No cabe en la Constitución», insiste el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. La fórmula final aún está por decidir a la espera de las propuestas de los portavoces parlamentarios.

La modificación de la ley también acabará con los libros de familia. «Cada persona tendrá un código, un número de ciudadano», explican desde el registro civil de León, «los trámites serán más ágiles y el acceso informático inmediato. No será necesario recurrir al libro, sino que estará todo informatizado».

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