Obras en días de fiesta
El peligroso estado de Santa Cruz y Riaño por los trabajos se agrava los fines de semana con el vandalismo y las copas
Vallas y protecciones aparecen por el suelo de mañana.
La calle Santa Cruz es un viacrucis; sobre todo nocturno. Desemboca en la plaza Riaño después de parar en cada una de las iglesias con barra y camarero que hay en la zona y que dan misa los fines de semana a partir de la caída de la tarde. Una ristra de oraciones que se acumulan los fines de semana, con mayor abundancia en fiestas y puentes, entre las cuales se han sumado en los últimos meses las súplicas para que acaben pronto las obras de reurbanización del entorno. La acumulación de factores ocasiona que las mañanas de sábados y domingos, además de festivos de guardar, las protecciones confiadas a vallas y pasarelas de entrada a las viviendas y locales aparezcan por el suelo. Obstáculos que se suman al estado de la calle, llena de zanjas, baches y material de construcción a medio colocar, que cobran vida en la imaginación de los penitentes nocturnos como objetos de juego.
Los vecinos se resignan al avance ordinario de los trabajos y confían en que se cumpla la promesa del Ayuntamiento de que antes del viernes la calle Santa Cruz esté en condiciones para ser transitada, aunque tan sólo disponga del hormigonado y los adoquines deban esperar unos días más para el estreno. La Navidad es temporada alta y fiesta de guardar en la zona de copas.